Los divorciados y casados de nuevo no están
excomulgados
Después de la pausa estiva el Papa Francisco
presidió la audiencia general de los miércoles ante miles de peregrinos
reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano. Durante su catequesis retomó
las reflexiones sobre la familia y abordó “la situación de los que tras la
ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia,
y a la atención pastoral que merecen”.
San
Eugenio de Mazenod era hijo de divorciados, sin embargo fue
sacerdote, fundador de un instituto
misionero importante (los Misioneros OMI), obispo
de la segunda diócesis más grande de Francia (Marsella) y finalmente santo canonizado. Pero la ruptura del matrimonio de sus padres
será una espina clavada en su corazón… Por eso no quedará indiferente ante
las rupturas matrimoniales ni ante los sufrimientos de las personas que sufren
las consecuencias.
Por eso bien pudiera ser el Patrono e Intercesor de las familias y
personas separadas, divorciadas y
divorciadas re-desposadas.
Catequesis sobre la familia
(5.08.2015)
(5.08.2015)
Texto
completo de la Síntesis del Papa en español
"Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vinculo matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen. La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin exclusión de nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado.
Si se mira la nueva unión
desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una
acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo
podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están
alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y atenta acogida,
en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas:
ellas forman parte siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas
sencillas», pero es preciso manifestar la
disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su
pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de
Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la
caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la
paz. La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie".
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