Con este espíritu, el Papa ha proclamado el año
jubilar y abrió las “Puertas de la Misericordia” en cada diócesis para que todos
pudieran cruzarlas y recibir la gracia del perdón y la esperanza de una vida
mejor.
Guiados por estas palabras, también nosotros, salimos
de nuestro acogedor Centro, aunque hace mucho bien (todos los días sirve 550
comidas a los pobres), para ver si existían otras fronteras que habría que
explorar, otros horizontes por descubrir, más allá de las carencias que ya
cuidábamos y ayudábamos: los sin hogar...
Así pues, 'para ir aún más lejos', a los suburbios a
los que nadie llega, porque a nadie le gusta conocerlos, compramos un autobús (AGIT), lo equipamos para
cualquier eventualidad, y, en las noches frías de invierno, nos adentramos en
los suburbios más peligrosos de la ciudad. Allí descubrimos una nueva y más
dramática pobreza: los Niños de la Calle. Niños y niñas, adolescentes y jóvenes
que, debido a la violencia, la opresión, el abuso ... abandonan sus hogares y se
las arreglan como pueden para afrontar las terribles noches lejos de áreas de
la buena vida: clubs nocturnos, discotecas, caraokes,
apuestas, salas de juego, trajes elegantes, coches de gran cilindrada, juegos
de azar, droga ... Barrios deslumbrantes con luces de colores y con tentadoras
ofertas de felicidad fácil y accesible, pero trampa mortal para quienes son demasiado
jóvenes y sin ninguna experiencia de la vida.
Y mientras Francisco
abría la "Puerta Santa” en Roma, nosotros, con permiso del obispo, inventamos
otra "PUERTA SANTA". La puerta de nuestro autobús es “Puerta de la
Misericordia”. Así pues. como a quienes cruzan la 'Puerta Santa' del jubileo se
les perdonan todos sus pecados y se les remite toda la pena, a cuantos acceden
a la "Puerta Santa" de nuestro bus AGIT se les invita a practicar todas
las obras de misericordia (dar de comer al hambriento, curar a los enfermos, vestir
al desnudo, consolar a los afligidos, aconsejar al que está en la duda…) en
favor de los que encontramos por la calle. Por eso más que una "Puerta Santa",
es una 'Puerta Santificante' porque santifica a cuantos entran por ella.
De esta manera,
mientras los 1200 misioneros del papa Francisco viajan por los caminos del mundo
brindando a todos el don de la reconciliación, el amor del Dios de la Misericordia
infinita, nosotros, al volante de nuestro autobús, llevamos a los barrios de
nuestras ciudades la Puerta
santificadora de la Gracia invitando a todos a cruzar este maravilloso umbral
que nos empuja a hacer el bien, a practicar la belleza, a comprometerse con los
últimos de los últimos que son los niños abandonados por sus propios padres,
por la sociedad y condenados a malvivir.
Este es nuestro
jubileo. No está hecho de fórmulas y oraciones que se recitan cómodamente sentados
en una bonita Iglesia respirando el aroma del incienso; sino compartiendo la
vida con los desheredados: puerta de gestos y obras de misericordia practicadas
en las zonas ambiguas de nuestras inhumanas ciudades.
¿No es tal
vez éste el espíritu del papa Francisco?
¿No es
quizá a esto a lo que nos invita a hacer y que él mismo hace en sus viajes por
el mundo?
Este Grande Anciano, que es mucho más vivaz y
entusiasta que muchos jóvenes, nos está gritando con toda su vida que el 'el
cristianismo no es hermosa y encantadora moral que hay practicar y muchas
oraciones que decir de memoria o de ceremonias pontificias, sino una Persona viva
y presente entre nosotros: Jesús. Una Persona que hay que amar y seguir en el camino
del Amor Misericordioso por las calles de la vida.
Seúl (Corea), Pascua 2016 Vincenzo Bordo, o.m.i.
Si quieres saber más sobre el P. Vicente Bordo, visita estos enlaces:
Si quieres saber más sobre el P. Vicente Bordo, visita estos enlaces:
Premio Nobel
coreano: http://joaquinmartinezomi.blogspot.it/2014/06/un-oblato-premio-nobel.html
Entrevista en Televisión (italiano) TV2000 http://www.sopralanotizia.it/?p=1210
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