PAI’ PUKÚ
Testimonio
del P. Egel Reinaldo Morilla
1.- Conocí al P. Shaw cuando pasó
por Roma. Vino con sus “pantalones bombachas” y una faja. Me impresionó su altura y su modo
de hablar. Algunos años después, en Enero de 1968, lo encontré en Asunción y
con él viajamos acompañando a Mons. Sinforiano Lucas hacia Mariscal Estigarribia.
Salimos el lunes por la tarde y llegamos a la primera misión oblata el coche no siguió adelante. Así que allí
pernoctamos, en espera de que desde Asunción llegara repuesto. Fueron 24 horas
de espera. Continuamos nuestra marcha hacia la misión de Pai’ Pukú donde
pasamos la noche, siguiendo al día siguiente nuestro camino, pero al llegar a
Pozo Colorado la ruta estaba cerrada. Nos hospedamos en el cuartel del ejército
paraguayo.
2.- El viernes por la mañana nos
autorizaron a proseguir, llegando a Mariscal Estigarribia hacia mediodía. El P.
Shaw se detuvo con nosotros dos días para volver luego a su misión.
3.- En 1981 me encontré con él como
participante del curso promovido por la CIAL en Chaclacayo (Perú) desde Enero
hasta Marzo. Aquí pude conocerlo mejor y fuimos muy compañeros.
4.- Antes de finalizar el curso,
recibió un llamado de la Nunciatura Apostólica en Lima, para que se presentara.
El Nuncio Apostólico en Paraguay lo ,citó para comunicarle su designación como sucesor de Mons. Sinforiano Lucas y
nuevo Vicario Apostólico de Pilcomayo. Fueron días de intensa oración y de
reflexión. Sin desvelar el secreto y sabiendo que yo conocía bastante bien el
asunto de la designación de los nuevos obispos, pude darle un poco de serenidad
hasta el día fijado para el anuncio oficial. Todos nos alegramos y concelebramos
en la Eucaristía porque presidió y en la que habló con tanta sencillez
abriéndonos su corazón.
5.- Recuerdo que le pidió al P.
Luigi Sion que le bosquejara “el escudo episcopal”. Yo le ayudé a preparar
algunos papeles y a redactar una pequeña invitación a su ordenación episcopal.
Lo acompañé sobre todo con mi orción sacerdotal y fraterna.
6.- Después de separarnos, recibí
una cartita en la que me ofrecía ser su secretario. No pude darle mi
disponibilidad porque estaba empeñado en mi tarea.
7.- En el tiempo en que viví con él
en Chaclacayo pude apreciar su gran
humildad, su espíritu de fe y su amor a la Iglesia y a las almas. Su vida era
muy sencilla y puedo decir que vivía la pobreza evangélica. Era muy mariano y
cuando oraba, me parecía ver realizado en él lo que el P. De Granmaison expresaba en su oración: “Dame un corazón de
niño…”
8.- Doy gracias a Dios por haberlo
conocido, al mismo tiempo que siento una gran alegría que la causa de
beatificación ha sido abierta. No sé cuál será el éxito de a misma, pero estoy
convencido de que era un hombre de Dios y un gran misionero y que a él se le
pueden aplicar las palabras de Papa Francisco, cuando habla de los pastores del
pueblo de Dios.
P. Egel Reinaldo Morilla
Sacerdote,
Nacido en Corrientes (Argentina) el 20-12-1934
Residente en Via Tre
Settembre 80 – 47891 DOGANA – Repubblca di San Marino – Tel. 0549-901498 – mail:
egel_sm@hotmail.com
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