El Siervo de Dios Thomas Benajamin Cooray OMI
El P. Fabio Ciardi,
OMI, ha pasado unas semanas en Sri Lanka dando algunas tandas de ejercicios a
los Oblatos, la familia religiosa más numerosa y significativa de la Isla.
Como buen reportero,
día tras día, ha ido plasmando en
su Blog: http://fabiociardi.blogspot.it/ sus correrías por la Isla, la Perla
del Océano Índico, con fotos e impresiones y hasta sus acuarelas. Antes de
tomar el avión de regreso a Roma, a su paso por Colombo, no podía dejar de
visitar la basílica de Ntra. Sra. de Lanka, obra del Cardenal Thomas B. Cooray OMI, para orar ante la tumba de ese
Siervo de Dios. A continuación pueden leerse sus reflexiones del 1 de septiembre (2013).
El cardenal Cooray y Ntra. Sra. de Lanka
Manhu-Colombo, ultima etapa del viaje antes de partir para Roma. En este
tercer paso por la capital no podía por menos de ir a visitar la rumba del
cardenal Thomas Benjamín Cooray, siervo
de Dios, en proceso de beatificación (1901-1988)
Ha sido el último obispo oblato de Colombo, padre conciliar y creado
cardenal al cogenza la última sesión del Concilio.
El primer arzobispo de Colombo
fue el obispo de Jafna, mons. Bonjean,
OMI. Su viaje en tren de Jafna a Colombo fue memorable: locomotora engalanada
de fiesta, acogida triunfal en cada estación, más de 50.000 personas esperándolo
en la capital, fuegos artificiales, banderas, tambores y danzas.
Desde entonces toda la Isla fue prácticamente confiada a los Oblatos, a
excepción de la diócesis de Kandy que se erigió en esa ocasión y se confió a
los Benedictinos. 10 han sido los obispos oblatos que han ido sucediéndose en
Jafna, situada en el centro norte, hasta 1972; 6 en Colombo, centro sur, sin contar
los demás obispos nombrados para regir las diversas diócesis que se iban
creando. Fueron construyendo iglesias, seminarios, parroquias, colegios,
orfanatos, dando forma a la Iglesia en la Isla.
En estos últimos decenios los Oblatos se han ido retirando de las
estructuras diocesanas dejándolas en manos del clero local, pero siguen estando
presentes en los seminarios y en los institutos teológicos, y se dedican sobre
todo a su tarea primordial, las misiones parroquiales, confiadas a comunidades
especializadas en este ministerio y que se desplazan de acá para allá por todo
el País. Además, con mucha creatividad, han dado vida a las más variadas
iniciativas para responder a las nuevas necesidades sociales y pastorales
causadas por la larga guerra.
Grupo de oblatos srilankeses, de ejercicios espirituales con el P. Fabio
La tumba del cardenal Cooray se halla en la cripta de la grande basílica
nacional dedicada a la Virgen de Lanka, construida por él para cumplir un voto que
había hecho cuando, durante la segunda guerra mundial, comenzaron los primeros
bombardeos de los japoneses: un santuario a Maria si la Isla se libraba de la
invasión.
Tumba e imagen del Siervo de Dios Thomas B. Cooray
Con ocasión
de sus 50 años de sacerdocio Juan Pablo II le escribió una hermosa carta, en la
cual, entre otras cosas, le decía: “ …Has observado una conducta santa en tu
vida siendo una digna imagen de Cristo, Sumo Sacerdote. Has sido dócil a sus
enseñanzas; firme paladín de su verdad; guardián de la fe en todas las
circunstancias de la vida; constante y activo; ejemplo de virtudes; testimonio
de un modo de vivir y de entender la vida distinto del de esta época minada por
el desmedido deseo de placeres y proclive a un nuevo paganismo; en una palabra,
un testimonio de Cristo tal, capaz de acercar a Cristo en estos cincuenta años
a muchísimas personas, o al menos inquietarlas con el nombre de Cristo,
plantearles interrogantes y proponerles a Cristo como objetivo de búsqueda para
las mentes y los corazones de muchos. Esta es una mies copiosa”.
Basílica de Ntra Sra. de Lanka, exvoto del Cardenal Cooray
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