Antigua pila bautismal de mi pueblo natal, en la que yo renací
Emprendemos el primer viaje en la nueva
andadura de este Blog. No olvides el carnet de identidad… ¿Recuerdas el nº de
tu DNI? El Papa Francisco, en una de sus catequesis semanales sobre los artículos del Credo, decía que el
verdadero DNI del cristiano (el que mejor atesta nuestro DNA) es la Partida o Certificado
de Bautismo y preguntaba con insistencia a los fieles: Celebramos el cumpleaños de nuestro
nacimiento; pero ¿celebramos también el cumpleaños de nuestro Bautismo? ¿Saben
en qué día los bautizaron? Y proponía como “debiti” (tareas escolares para hacer en casa) averiguar la fecha
del propio Bautismo, nuestro nuevo y auténtico nacimiento.
Por mi tierra ( http://acebesdelparamo.weebly.com/
), al menos en mi generación, más que el cumpleaños, se celebraba el Santo
(onomástico). Pero al cumplir veinte años, en Hernani (Guipúzcoa), con el fervor
de novicio, me vino la feliz idea de
celebrar en adelante el aniversario de mi Bautismo (mi segundo nacimiento a la
nueva vida, la vida de la Gracia). Fue un 22 de febrero, al día siguiente de abrir
los ojos a la luz. Mi vida, mi ser como persona humana, había comenzado ya 9 meses
antes, quizá el 21 de mayo, fiesta de San Eugenio de Mazenod, el fundador de mi
familia oblata. ¡Feliz coincidencia!
¿Sabe
usted con quién está hablando?, le gritaba indignado un automovilista vallisoletano
a mi catequista argentino. Éste esperó a que se desfogara y luego, con
tranquilidad, le dijo confidencialmente: ¿Y
sabe con quién está hablando usted? ¡Con un hijo de Dios! Esa es nuestra verdadera
identidad. Reconoce, cristiano, tu
dignidad, escribía hace siglos un Padre de la Iglesia.
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