sábado, 29 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
Oblatos en Sri Lanka
Pedro Saltiel (Salónica 1914, Jaffna 1948). Era un Oblato particular: judío sefardí, convertido al cristianismo, entra en la congregación en Francia, donde hace su primera profesión religiosa en 1927 y la oblación perpetua en 1940. A la llegada de los nazis a Francia huye en bici hacia España. Lo acoge la comunidad oblata de Henani y lo envían a Pozuelo para terminar la teología, donde en 1942 es ordenado sacerdote y, tras unos años de ministerio en España, parte para Ceilán, donde enfermó y murió a los dos años de su llegada. “Corta fue la sementera”, escribiría de él Gregorio Iriarte, estudiante de teología, en La Purísima.
miércoles, 12 de marzo de 2014
El Papa, ¿visitará la Casa de Ana?
El anuncio de la visita
pastoral del Papa a Corea ha entusiasmado a los pobres de la Casa de Ana, fundada
y dirigida por un Oblato, el P. Vicenzo
Bordo. “La noticia ha hecho felices a nuestros pobres”, afirma en una
entrevista que le hicieron en Radio Vaticano (11.03.2014).
Yo visité ese centro
caritativo, junto con el Provincial de Italia, el P. Angelo Daddio, en 1995. El P. Bordo nos dijo
que la manera más discreta y eficaz de conocer esa obra era ir a servir las
comidas. La Casa de Ana estaba en sus comienzos. El obispo de Swon nos decía: “Han
tenido que venir los misioneros a Corea para hacernos caer en la cuenta que también
en Corea hay pobres”. En aquel momento los cuatro oblatos presentes eran todos
italianos. Uno se ocupaba de los inmigrantes asiáticos, otro de un centro de personas
ciegas, otro de deficientes psíquicos y el P. Bordo se arriesgó a abrir la Casa
de Ana, que toma el nombre de Ana, esposa de Joaquín, una pareja de recién bautizados.
Abrieron un comedor para pobres, al que acudían a diario varias decenas de hombres
jubilados, dignamente vestidos, pero sin ningún recurso económico, pues cuando
dejaban de trabajar, no tenía pensión alguna. Ana era la cocinera y el factótum
de la casa. Un grupo de voluntarios, estudiantes universitarios, iban a
diario para hacer servir las comidas y fregar los platos. ¿Recursos para sostener esa obra? La divina Providencia.
Era una obra pionera en Seúl. Hoy la Casa de Ana acoge a diario entre 500 y 600
personas sin techo: niños de la calle, ancianos… Se halla en Song-nam, en la
periferia de Seúl, y es el centro de Caritas más importante del país. Los
pobres de la Casa de Ana, al conocer la noticia del viaje del Papa, decían entusiasmados:
“¡Entonces vendrá a visitarnos!” Conociendo el amor preferencial del Papa por
los pobres, todo es posible.
Si quieres saber más, sigue leyendo en Más información.
sábado, 8 de marzo de 2014
Boletín Mártires Oblatos
El nº 23 del Boletín de los Mártires Oblatos
se halla en imprenta. Su contenido, en parte, es conocido por quienes
frecuentan este Blog:
- Tres nuevos Mártires Oblatos
- El Calvario de Pozuelo, 4ª entrega
- S. Eugenio Patrono y Protector de las
familias desestructuradas (rotas)
- Orlando
Quevedo, nuevo cardenal oblato, valora el martirio de esos tres presuntos Mártires de Jolo, Filipinas.
Quienes no hayan recibido nunca este Boletín y quieran suscribirse (gratis), pueden enviar su nombre y dirección postal
completa a este correo electrónico: martinez@omigen.org
Si quieres leer ya el Boletín nº 23, visita este Blog: http://martiresomimadrid.blogspot.it/
Si quieres leer ya el Boletín nº 23, visita este Blog: http://martiresomimadrid.blogspot.it/
A todos les deseamos una santa Cuaresma y feliz Pascua de Resurrección.
miércoles, 5 de marzo de 2014
La comunidad religiosa vista por el P. Iriarte
El Gregorio Iriarte
OMI (1925-2013), fallecido, casi nonagenario, el año pasado, ha sido uno de
los hombres más populares de Bolivia y de Hispanoamérica. Nació en Olazagutía
(Navarra) en 1925. Recién ordenado sacerdote en Madrid (1950), lo destinan a
Argentina; pero pronto pasa a Bolivia donde transcurrirá la mayor parte de su
vida. Misionero inquieto, se implica a fondo en los problemas del pueblo, siempre a favor de los marginados sin voz. Divulgador
genial: edita un libro casi cada año. Sin haber cursado estudios formales en
ninguna universidad, poco antes de morir (10.10.2013), le llueven los Doctorados
Honoris causa. El último se lo llevó
a domicilio el Presidente de la República en persona. Entresacamos unos
párrafos de una de sus reflexiones sobre la vida comunitaria de las personas
consagradas.
Necesidad de la comunidad
Estamos hechos a imagen y
semejanza de Dios que es “Comunidad Trinitaria” por eso, para todos y cada
uno de nosotros, existir, en
realidad, es co-existir y comunicarnos, es desarrollarnos y
liberarnos, tanto en área de los valores humanos como, principalmente, en los
aspectos de nuestra vivencia religiosa.
Los religiosos/as somos cada vez más conscientes de la necesidad de profundizar
nuestra vida comunitaria en una relación auténticamente fraternal que irradie
estímulo, calor y nueva vida en una sociedad cada vez más hundida en individualismo,
en el pragmatismo y en el consumismo.
Nada más importante para llegar a una mayor solidaridad que la unión de
corazones con la recíproca aceptación de todos y de cada uno de nuestros
hermanos/as. Nada anhelamos tanto todos como el ser aceptados, el ser
queridos y tenidos en cuenta por
los demás. De ahí que el “encuentro comunitario” deba constituirse para
nosotros en una verdadera prioridad espiritual y humana.
En realidad, lo mejor de cada uno de nosotros es lo que hemos recibido
de aquellas personas que nos han amado. Cuanto más somos amados, más libres nos
volvemos para aceptarnos a nosotros mimos y a los demás. Cuando nos sentimos
amados, crecemos. Cuando no nos sentimos amados nos entristecemos y tendemos a
cerrarnos sobre nosotros mismos.
Conclusiones
1. La aceptación mutua y la complementariedad son de absoluta necesidad
en toda comunidad.
2. La “reunión comunitaria” no es para juzgar o para corregir algunos errores
del grupo o de las personas que lo integran, sino para comunicarnos en profundidad
y lograr con ello conocernos mejor,
aceptarnos y construir entre todos una verdadera fraternidad.
3. Uno de los errores más graves en los que se ha caído con demasiada
frecuencia es hacer del “encuentro comunitario” una práctica de “corrección
fraterna”, con la idea de superar algunos problemas de conducta personal o
comunitaria. La verdadera comunidad se construye desde la aceptación de todos y
cada uno de sus miembros con todas sus limitaciones personales, psicológicas y espirituales,
y no desde el autoritarismo o de la corrección, por buenas que sean sus
intenciones.
4. La “corrección fraterna” solo puede ser positiva en una segunda
instancia posterior. Tiene que nacer desde la aceptación del otro, pero nunca
desde una exigencia de cambio impuesta o exigida.
5. Es muy probable que algún miembro de la comunidad quiera comunicarse
en privado con mayor profundidad y desear que le señalen sus defectos o errores.
Es muy posible que una auténtica reunión
comunitaria desemboque en este dialogo personal franco y constructivo, pero
la reunión en sí no es un sistema de coacción o de corrección.
6. Nunca podrá ser efectivo un encuentro
comunitario si no parte de la verdadera aceptación y estima de todos sus
integrantes. Esta es la razón del fracaso de lo que antiguamente se llamaba “Capítulo
de culpas”. No partía del verdadero amor fraternal ni de los más
elementales principios de la psicología.
El gran ideal comunitario lo tenemos expresado en el comportamiento y
en la actitudes de las primeras comunidades cristianas: “La multitud de
creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma” (Hch. 4,32).
Gregorio
Iriarte OMI
Cochabamba, Agosto del 2011
Quien quiera leer
todo el artículo, puede encontrarlo en el próximo número (abril 2014) de OBLATIO, revista
oblata dirigida por el P. Fabio Ciardi: http://www.omiworld.org/oblatio/oblatio-home-page.asp
Ver más abajo (Más información) algunas fotos.
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