ORAR CON LOS MÁRTIRES OBLATOS
Oblación y Martirio
Seis días con los Mártires Oblatos, de la mano de San Eugenio
Selección de textos breves para leer y orar con S. Eugenio y los Mártires Oblatos
Selección de textos breves para leer y orar con S. Eugenio y los Mártires Oblatos
Por Joaquín Martínez y Frank Santucci
DISPUESTOS A DAR LA VIDA
“La Iglesia, preciada herencia que el Salvador adquirió con su preciosa sangre, ha sido en nuestros días atrozmente devastada. Esta querida Esposa del Hijo de Dios llora aterrorizada la vergonzosa defección de los hijos por ella engendrados.
“La consideración de estos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes celosos de la gloria de Dios que aman entrañablemente a la Iglesia y están dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.
“¿Qué han de hacer los hombres apostólicos que desean seguir las huellas de Cristo,?
- Deben trabajar seriamente por ser santos,
- Deben renunciarse completamente a sí mismos,
- Deben (estar) dispuestos a sacrificar bienes, talentos, descanso, la propia persona y vida por amor a Jesucristo, servicio de la Iglesia y santificación de sus hermanos”.
Este es el ideal que S. Eugenio de Mazenod prop
one
a sus Oblatos
“La Iglesia, preciada herencia que el Salvador adquirió con su preciosa sangre, ha sido en nuestros días atrozmente devastada. Esta querida Esposa del Hijo de Dios llora aterrorizada la vergonzosa defección de los hijos por ella engendrados.
“La consideración de estos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes celosos de la gloria de Dios que aman entrañablemente a la Iglesia y están dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.
“¿Qué han de hacer los hombres apostólicos que desean seguir las huellas de Cristo,?
- Deben trabajar seriamente por ser santos,
- Deben renunciarse completamente a sí mismos,
- Deben (estar) dispuestos a sacrificar bienes, talentos, descanso, la propia persona y vida por amor a Jesucristo, servicio de la Iglesia y santificación de sus hermanos”.
Este es el ideal que S. Eugenio de Mazenod prop
“Al brillante y glorioso ejército de los mártires pertenecen no
pocos cristianos españoles asesinados por odio a la fe en los años 1936-1939,
por la inicua persecución desencadenada contra la Iglesia, contra sus miembros
y sus instituciones. Con particular odio y ensañamiento fueron perseguidos los
obispos, los sacerdotes y los religiosos cuyo único “delito” era creer en
Cristo, anunciar el Evangelio y llevar al pueblo por el camino de la
salvación. (Juan
Pablo II)
PRESENTACIÓN
El 21 de Mayo de 1861 expiraba santamente en Marsella su Obispo, San Eugenio de Mazenod. Así pues, el año, 2011, se celebra el 150º aniversario de su dies natalis, su nacimiento para el Cielo.
Hemos querido aprovechar esa efemérides para resaltar, mediante la glorificación de algunos Oblatos, que la ruta espiritual emprendida por este Santo Fundador es un itinerario seguro hacia la santidad.
Con este motivo, el Superior General de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada elevó una “súplica” a la Santa Sede, a la que se sumaron Cardenales, Obispos y numerosísimos fieles, para solicitar que se acelerase el proceso de la Causa de los Mártires Oblatos de España, a fin de poder celebrar su Beatificación este 150º aniversario de la muerte de San Eugenio.
Esa súplica ha sido benévolamente atendida y así tuvimos el gozo inmenso de asistir a este evento el 17 de diciembre de 2011 en la Catedral de Madrid.
El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en coloquio familiar con el P. General y el Postulador, nos decía que había que moverse para que esta celebración fuese un kairos, es decir, un momento de gracia y un estímulo de animación espiritual para toda la familia oblata, y no sólo para ella...
Este folleto no pretende otra cosa, sino brindar, con toda sencillez, algunas pistas para esa misma animación, conjugando el Carisma de San Eugenio con el heroico testimonio de estos sus hijos. Agradecemos al P. Frank Santucci la valiosa aportación a este folleto con el artículo: Oblación, una dinamo que genera energía, publicado en Missioni OMI (6 / 2011) En él me inspiro para casi todo lo referente a S. Eugenio.
Joaquín Martínez Vega,
o.m.i Postulador
General
ESPAÑOL
DIA 1
Oblación y Martirio
Oblación y Martirio
Desde los primeros tiempos los Misioneros Oblatos, para indicar la consagración religiosa, usaron siempre el término “oblación”: oblación temporal, oblación perpetua.
Parece que , en principio, San Eugenio de Mazenod no pretendía fundar una comunidad de misioneros ni una nueva congregación religiosa. Quería nada más y nada menos esto: continuar “la vida apostólica” en su sentido más genuino, originario, es decir, revivir aquí y ahora la vida de los Apóstoles con Jesús. Por eso, más que dar misiones o hacer apostolado, quería ante todo colaborar con Jesucristo Salvador en la obra de la redención. Para ejercer bien esa “misión”, había que seguir “las huellas de los Apóstoles”, a quienes Jesús había dicho: “Seréis mis testigos hasta los confines del mundo”.
TESTIGO, en griego, lengua del Nuevo Testamento, se dice MÁRTIR.
San Eugenio exige “a quien quiera ser de los nuestros, celo ardiente”, “amor oblativo”, amor preferencial por los más abandonados. Amar sin medida, amar con la medida del amor de Cristo: hasta dar la vida. Por eso exigía que cada Oblato estuviera dispuesto a dar la vida. Y si se da con derramamiento de sangre, tenemos el martirio u oblación cruenta, la oblación suprema.
Por eso San Eugenio deseaba para sí mismo la gracia del martirio. Fue una de las intenciones de su primera Misa. Pedía “la perseverancia final, y también el martirio, o al menos la muerte en la asistencia a los apestados”. Porque, ”el martirio de la caridad no tendrá menor recompensa que el martirio de la fe” (26.01.1854: carta a un misionero, enfermo grave).
Testimonio de los Mártires
“Siempre me han conmovido hasta lo más hondo los relatos de martirio. Siempre, al leerlos, un secreto deseo me asalta de correr la misma suerte. Ése sería el mejor sacerdocio al que podríamos aspirar todos los cristianos: ofrecer cada cual a Dios el propio cuerpo y sangre en holocausto por la fe. ¡Qué dicha sería la de morir mártir!”
Son palabras textuales de uno de los Mártires, Gregorio Escobar, en una carta escrita a su familia cuando se estaba preparando para la ordenación.
Pausa, silencio para interiorizar…
“Siempre me han conmovido hasta lo más hondo los relatos de martirio. Siempre, al leerlos, un secreto deseo me asalta de correr la misma suerte. Ése sería el mejor sacerdocio al que podríamos aspirar todos los cristianos: ofrecer cada cual a Dios el propio cuerpo y sangre en holocausto por la fe. ¡Qué dicha sería la de morir mártir!”
Son palabras textuales de uno de los Mártires, Gregorio Escobar, en una carta escrita a su familia cuando se estaba preparando para la ordenación.
Pausa, silencio para interiorizar…
Oración final para todos los días
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a Francisco Esteban
y a sus compañeros Mártires la gracia de entregar su vida por Cristo mediante la oblación cruenta; ayúdanos en nuestra debilidad para que también nosotros, por su intercesión y siguiendo su ejemplo, nos mantengamos firmes en la fe y sepamos dar la vida por los demás mediante “el martirio de la caridad”, según la consigna de San Eugenio de Mazenod; y de este modo podamos testimoniar ante el mundo quién es Jesucristo.
Te lo pedimos, por la intercesión de nuestra Madre María Inmaculada,
por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.
DIA 2
La Oblación como opción radical por Dios
El joven Eugenio, carácter fogoso, pletórico de vida, que no sabe de medias tintas, a sus 25 años, tiene una intuición que dará pleno sentido a su vida. Un Viernes Santo, en la adoración de la Cruz, comprendió que Dios lo amaba inmensamente. Esta intuición fue como un imán que atraía hacia sí, como si fueran limaduras, todos los aspectos de su vida. Fue una gracia peculiar que cambiaría radicalmente el rumbo de su vida. Debía orientarla exclusivamente hacia su único fin: Dios. Esta toma de conciencia de saberse amado por Dios daba pleno sentido a todo.
Mirando
a Jesucristo que lo ha dado todo por él, Eugenio, en lógica consecuencia,
decide consagrarse totalmente a Dios. “Quiero vivir sólo por Ti” (Viernes
Santo); “Todo
por Dios” (en vísperas de su ordenación sacerdotal); “Ser todo para
Dios y todo para todos” (notas de un retiro); quiere dedicarse a
evangelizar para “servirlo sin reservas y consagrar mi vida a la difusión del Evangelio”
(Jueves Santo, votos privados con el P. Tempier).
Aquí Eugenio utiliza una palabra que abarca toda su vida: “oblación”. La oblación de Jesucristo (primer Oblato) en la cruz y la oblación de Eugenio se identifican. Si Jesús nos amó hasta el extremo de dar la vida, hay que dar la vida por los demás, como Él.
Testimonio de los Mártires
“Desde el primer momento en que fuimos detenidos, (cuando nos tenían encañonados de cara a la pared), en cada uno de nosotros había un trasfondo de ser asesinados por nuestra condición de religiosos .En nuestro interior, lo único que tra
scendía era el espíritu del perdón, por una
parte, y por otra, el deseo de ofrecer la vida por la Iglesia, por la paz de
España y por aquellos mismos de los que pensamos que nos iban a fusilar. El
único móvil que nos guiaba era sobrenatural, ya que humanamente lo perdíamos
todo. Éramos conscientes de que si nos mataban era por odio a la fe cristiana”. (P. Felipe Díez OMI, superviviente)
Pausa, silencio para interiorizar…
Oración final, para todos los días (Ver pág. 5)
Aquí Eugenio utiliza una palabra que abarca toda su vida: “oblación”. La oblación de Jesucristo (primer Oblato) en la cruz y la oblación de Eugenio se identifican. Si Jesús nos amó hasta el extremo de dar la vida, hay que dar la vida por los demás, como Él.
Testimonio de los Mártires
“Desde el primer momento en que fuimos detenidos, (cuando nos tenían encañonados de cara a la pared), en cada uno de nosotros había un trasfondo de ser asesinados por nuestra condición de religiosos .En nuestro interior, lo único que tra
Pausa, silencio para interiorizar…
Oración final, para todos los días (Ver pág. 5)
DIA 3
La oblación en comunidad atrae a otros
“El celo ardiente por la salvación de los hombres” y la fuerza de la
oblación fue lo que atrajo a otros a unirse a él. En la medida que su vida se
convierte en irradiación del amor de Dios, en esa misma medida atrae a los
demás. Basta pensar a los casi trescientos jóvenes que se reunían en torno a él
dos veces por semana, a sus primeros misioneros que se unieron a él en 1815
para difundir el Evangelio por las aldeas de Provenza, a los jóvenes que a lo
largo de los años se unirán a ellos para hacerse Oblatos. Hoy, en calidad de
Santo canonizado, continúa siendo una fuente de inspiración para nosotros, nos
lleva de la mano a esa fuente de energía que es el amor de Dios. Eugenio
insistía siempre a sus Oblatos que, antes de anunciar a los demás “quién es Jesucristo”,
tenían que identificarse con Él. La vocación de los Oblatos era llegar a ser
“oblatos” en el pleno sentido de esta palabra tal como él la entendió y la
vivió: “Oblato” cada uno personalmente y “Oblatos” en comunidad.
“El celo ardiente por la salvación de los hombres” y la fuerza de la oblación fue lo que atrajo a otros a unirse a él. En la medida que su vida se convierte en irradiación del amor de Dios, en esa misma medida atrae a los demás. Basta pensar a los casi trescientos jóvenes que se reunían en torno a él dos veces por semana, a sus primeros misioneros que se unieron a él en 1815 para difundir el Evangelio por las aldeas de Provenza, a los jóvenes que a lo largo de los años se unirán a ellos para hacerse Oblatos. Hoy, en calidad de Santo canonizado, continúa siendo una fuente de inspiración para nosotros, nos lleva de la mano a esa fuente de energía que es el amor de Dios. Eugenio insistía siempre a sus Oblatos que, antes de anunciar a los demás “quién es Jesucristo”, tenían que identificarse con Él. La vocación de los Oblatos era llegar a ser “oblatos” en el pleno sentido de esta palabra tal como él la entendió y la vivió: “Oblato” cada uno personalmente y “Oblatos” en comunidad.
“El celo ardiente por la salvación de los hombres” y la fuerza de la oblación fue lo que atrajo a otros a unirse a él. En la medida que su vida se convierte en irradiación del amor de Dios, en esa misma medida atrae a los demás. Basta pensar a los casi trescientos jóvenes que se reunían en torno a él dos veces por semana, a sus primeros misioneros que se unieron a él en 1815 para difundir el Evangelio por las aldeas de Provenza, a los jóvenes que a lo largo de los años se unirán a ellos para hacerse Oblatos. Hoy, en calidad de Santo canonizado, continúa siendo una fuente de inspiración para nosotros, nos lleva de la mano a esa fuente de energía que es el amor de Dios. Eugenio insistía siempre a sus Oblatos que, antes de anunciar a los demás “quién es Jesucristo”, tenían que identificarse con Él. La vocación de los Oblatos era llegar a ser “oblatos” en el pleno sentido de esta palabra tal como él la entendió y la vivió: “Oblato” cada uno personalmente y “Oblatos” en comunidad.
Testimonio de los Mártires
(Los expulsaron del convento) y, “siguiendo las
indicaciones de los Superiores, cada uno buscó refugio en casas particulares de
familiares o conocidos, permaneciendo en esa situación (de clandestinidad)
hasta el mes de octubre de 1936. Durante ese tiempo, tanto el P. Esteban, como
el P. Blanco y el P. José Vega, arriesgando sus propias vidas, procuraban
visitar a los escolásticos en la clandestinidad, animándoles en su fidelidad y
compromisos religiosos. Como hecho concreto, recuerdo haber oído al P. Porfirio
que el día 12 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Pilar, patrona del
Escolasticado, se reunieron algunos de los Siervos de Dios, y que después de
pasar varias horas en adoración al Santísimo, que clandestinamente guardaban, a
la caída de la tarde comulgaron lo que habría de ser el Viático”.
(Fortunato Alonso, OMI).
Otro testimonio: “Le pregunté (a mi hermano Clemente) cómo estaba de ánimo y me dijo: ‘Estamos en peligro y tememos que nos separen; juntos, nos damos ánimo unos a otros. Con todo, si hay que morir, estoy dispuesto, seguro de que Dios nos dará la fuerza que necesitamos para ser fieles’”(Josefa, religiosa de la Sagrada Familia de Burdeos)
Pausa..
Otro testimonio: “Le pregunté (a mi hermano Clemente) cómo estaba de ánimo y me dijo: ‘Estamos en peligro y tememos que nos separen; juntos, nos damos ánimo unos a otros. Con todo, si hay que morir, estoy dispuesto, seguro de que Dios nos dará la fuerza que necesitamos para ser fieles’”(Josefa, religiosa de la Sagrada Familia de Burdeos)
Pausa..
Oración para todos los días
DIA 4
Misión de Eugenio:
revelar a los más abandonados qué
son a los ojos de Dios
La Congregación surge bajo el impulso incontenible de enseñar a los cristianos quién es Jesucristo para revelar a todo ser humano su propia dignidad como hijo de Dios. Orientan su ministerio, con prioridad, a los más abandonados de la sociedad y de la Iglesia: los campesinos de Provenza, los recluidos en la cárcel, la juventud, presa fácil para la manipulación de los revolucionarios…
El Obispo de Digne, constatando la vida y acción de los Misioneros de Provenza, les pide que se hagan cargo del Santuario de Ntra. Sra. de Laus. Este santuario mariano estaba semiderruido y abandonado. El P. Tempier, primer superior de esta nueva comunidad, llevó consigo a los jóvenes Oblatos en formación. Esa comunidad vibrante se convierte en un centro de irradiación para toda la comarca. La muchedumbre acude numerosa y llena a rebosar aquel templo olvidado que, con la presencia oblata, se convierte en lugar privilegiado para encontrarse con Jesucristo Salvador.
El mismo fenómeno se repite en Marsella tras la misión de 1820. Eugenio plantó la Cruz de la misión en las ruinas de una iglesia, destruida durante la Revolución, y aquel templo se transformó en la “Iglesia del Calvario”. Miles y miles de marginados: obreros, inmigrantes, italianos sobre todo, se acercaban a las fuentes del Salvador. Cuando Eugenio inició este ministerio, acudían unos 6.000. A su muerte, sumaban más de 30.000.
Testimonio de los Mártires
Crece
la animadversión contra los Oblatos por parte de los enemigos de la fe. El P.
Pablo Fernández describe así: “Los Oblatos de Pozuelo eran muy apreciados y
valorados por los creyentes, y convocados a asistir a reuniones y celebraciones
religiosas, en las fiestas patronales, así como en otras solemnidades. También
eran llamados para dar ejercicios espirituales. Esta buena fama entre los
creyentes tenía como contra- posición la animadversión, por odio a la fe, de
los grupos extremistas, anarquistas… Este clima se debía a que la comunidad de
los Misioneros Oblatos era la que promovía la vida cristiana en todo el
contorno de Pozuelo: Aravaca, Majadahonda y Húmera”
Pausa...
Pausa...
Oración para todos los días.
DIA 5
Oblación vivida a favor de la diócesis de Marsella
Oblación vivida a favor de la diócesis de Marsella
En
1832 Eugenio es ordenado obispo y asume una nueva misión en su vida, que
duraría 37 años. En 1837 el Papa le propone algo que él no deseaba: hacerse
cargo de la diócesis de Marsella. Sin embargo esto se convertiría para él en
una nueva oportunidad para vivir su oblación al servicio de la Iglesia, y se
entregó a ella por completo. “Debo desvivirme por esta gente como un padre por
sus hijos. Mi existencia, mi vida, todo mi ser deben consagrarse a esto, debo
pensar sólo en su bien, con el solo temor de no haber hecho bastante por su
bien, su santificación, sin más miras que las de buscar todos sus intereses
espirituales y, en cierto modo, también los temporales. En una palabra, debo
consumarme por ellos, estar dispuesto a sacrificar mi bienestar, mis deseos, el
descanso, la vida misma por ellos”. Y a fe que lo hizo. Durante su pontificado,
Marsella duplicó la población. El Obispo erigió y construyó más de 40
parroquias. Conocido por su cercanía con la gente, irradió la energía de su
oblación acogiendo a diario a “su gente”, en su despacho por la mañana y en las
visitas pastorales por la tarde, dando siempre la preferencia a los más pobres
y abandonados. Fundó muchas obras religiosas y sociales para responder a las
múltiples necesidades tanto espirituales como materiales de sus diocesanos. La
diócesis, que había estado por años sin Pastor y a punto de ser suprimida,
recobró una vida pujante.
Testimonio de los Mártires
Testimonio de los Mártires
Entre
los Mártires hay tres Hermanos Oblatos. Dice un testigo superviviente: "De manera
especial quiero destacar el ejemplo de los Hermanos Coadjutores que
desempeñaban con alegría las tareas más humildes en la comunidad y eran un
estímulo para todos. Concretamente, recuerdo a los Hermanos Bocos, Sánchez y
Prado dándonos un ejemplo alegre y sencillo en el trabajo cotidiano. Vivían en
un sacrificio ejemplar en los distintos ministerios que ellos tenían. Vivieron
la virtud de la pobreza aceptando la realidad de nuestra vida llena de
carencias en cuanto a lo material, viviendo el Evangelio en el amor y fidelidad
al trabajo, buscando, como dice el Evangelio, “servir y no ser servidos”.
Pausa...
Pausa...
Oración para todos los días
DIA 6
Una Oblación que atraviesa los mares
S. Eugenio, Obispo
de la segunda diócesis más grande de Francia, seguía siendo a la vez el
superior general de los Oblatos, liderando a distancia el celo misionero de
éstos. Los envía a Canadá, a Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda, Argelia,
Sudáfrica y Ceilán. Sostiene su dinamismo con las cartas, con su constante y
paterna solicitud, los impulsa a una total generosidad. Si se dejan tentar por
el desaliento, porque no cosechan los frutos que esperan de su dedicación, como
en el caso de los primeros misioneros de Sudáfrica ante los refractarios
zulúes, los alienta para que no se echen atrás. “No debes desanimarte. Llegará
un día en que la gracia misericordiosa de Dios producirá una especie de
explosión y vuestra Iglesia africana quedará bien plantada”, escribía, poco
antes de morir, al Beato José Gérard, Apóstol de Lesoto. Y esta “explosión de
gracia” hizo subir a la Congregación, durante los últimos veinte años de la
vida del Fundador, de 46 a 415 miembros. Esta explosión misionera prosigue hoy
con la presencia de sus Oblatos en 67 naciones por los cinco continentes,
contagiando a muchos laicos que se les “asocian”. La palabra clave en la vida
de Eugenio es “oblación” y, a imitación de Jesucristo, la vivió en beneficio de
los demás.
Para todos nosotros, San Eugenio puede ser una fuente de inspiración.
Testimonio de los Mártires
Para todos nosotros, San Eugenio puede ser una fuente de inspiración.
Testimonio de los Mártires
La vocación de
un hijo puede poner a prueba el amor de su madre: “Es Dios quien lo quiere, mamá; no
sufras ni me hagas sufrir. Sé generosa y dale a Dios lo que es de Él antes que
tuyo”. En el noviciado le entrega su Cristo de junior, diciéndole: “Bésalo muchas veces
y, venga lo que venga, piensa que todo lo que suframos por Él, por mucho que
nos parezca, será poco para lo que Él nos ama y sufrió por nosotros”.
Al despedirse de otra madre, que los refugió en casa: “No sufras, yo
voy a volver, pero si me pasa algo o me matan, piensa que estaré con Dios y te
ayudaré".
Tras el martirio, su madre quiere dar con las huellas de su hijo entre las ruinas de la cárcel. Dice su hermana: “De repente comenzó a gritar: ¡Aquí, aquí! Entramos con ella y vimos toda la pared escrita. Pude ver cómo en un rincón había unas palabras que destacaban más que las otras, porque estaban escritas en rojo, y que decían: `Madre, me llevan a matar, muero por Dios. ‘No llores, me voy con Dios. ¡Viva Cristo Rey!’ y firmaba Publio”.
Pausa...
Tras el martirio, su madre quiere dar con las huellas de su hijo entre las ruinas de la cárcel. Dice su hermana: “De repente comenzó a gritar: ¡Aquí, aquí! Entramos con ella y vimos toda la pared escrita. Pude ver cómo en un rincón había unas palabras que destacaban más que las otras, porque estaban escritas en rojo, y que decían: `Madre, me llevan a matar, muero por Dios. ‘No llores, me voy con Dios. ¡Viva Cristo Rey!’ y firmaba Publio”.
Pausa...
Oración
para todos los días
ENGLISH
Oblation and Martyrdom
Six days with the Oblate Martyrs
accompanied by the writings of Saint Eugene
A selection of brief texts for reading and praying with
St. Eugene and the Oblate Martyrs
Oblation and Martyrdom
Six days with the Oblate Martyrs
accompanied by the writings of Saint Eugene
A selection of brief texts for reading and praying with
St. Eugene and the Oblate Martyrs
Joaquín Martínez Vega and Frank
Santucci
WILLING TO GIVE THEIR LIVES
“The Church, that glorious inheritance purchased by Christ the Saviour at the cost of his own blood, has in our days been cruelly ravaged. The beloved spouse of God's only begotten Son is torn with anguish as she mourns the shameful defection of the children she herself bore.
“The sight of these evils has so touched the hearts of certain priests, zealous for the glory of God, men with an ardent love for the Church, that they are willing to give their lives, if need be, for the salvation of souls.
“And how should men who want to follow in the footsteps of Christ?
• They must strive to be saints.
• They must wholly renounce themselves.
• They must be ready to sacrifice goods, talents, ease, self, even their life, for the love of Jesus Christ, the service of the Church, and the sanctification of their brethren.”
This is the ideal which St. Eugene de Mazenod proposes for his Oblates.
“Belonging to the bright and glorious army of martyrs are not a few Spanish Christians killed out of hatred for the faith in the years 1936-1939 by a wicked persecution of the Church, its members and its institutions. With special hatred and cruelty, bishops, priests and religious were persecuted; their only “crime” was believing in Christ, preaching the Gospel and bringing people along the way of salvation.” (John Paul II)
INTRODUCTION
On May 21, 1861,
the Bishop of Marseille, St. Eugene de Mazenod, died a holy death. So this
year, 2011, marks the 150th anniversary of his dies natalis, his birth into heaven.
We wanted to use this anniversary to highlight, through the glorification of some Oblates, that the spiritual path taken by this Holy Founder is a sure way to holiness.
For this reason, the Superior General of the Missionary Oblates of Mary Immaculate filed a “petition” with the Holy See, joined by Cardinals, Bishops and many faithful, requesting and acceleration of the process of the Cause of the Oblate Martyrs of Spain, in order to celebrate their Beatification in this jubilee year.
This petition was kindly received and therefore, we have the immense joy of assisting at this event on December 17, 2011, in the Cathedral of Madrid.
Cardinal Angelo Amato, Prefect of the Congregation for the Causes of Saints, in a friendly chat with Fr. General and the Postulator, told us that we had to get moving so that this celebration would be a kairos, that is, a moment of grace and source of spiritual animation for the entire Oblate family, and not only for it…
This booklet has no other purpose than to quite simply provide some ideas for such animation, combining the charism of St. Eugene during his 150th anniversary year, with the heroic witness of some of his sons upon the 75th anniversary of their martyrdom.
We thank Fr. Frank Santucci, animator of the Oblate charism, for his considerable contribution to this booklet with his article, Oblation, a dynamo which generates energy, published in Missioni OMI (6 / 2011). In it, I found most of what inspired me in reference to St. Eugene.
Joaquín Martínez Vega, o.m.i.
We wanted to use this anniversary to highlight, through the glorification of some Oblates, that the spiritual path taken by this Holy Founder is a sure way to holiness.
For this reason, the Superior General of the Missionary Oblates of Mary Immaculate filed a “petition” with the Holy See, joined by Cardinals, Bishops and many faithful, requesting and acceleration of the process of the Cause of the Oblate Martyrs of Spain, in order to celebrate their Beatification in this jubilee year.
This petition was kindly received and therefore, we have the immense joy of assisting at this event on December 17, 2011, in the Cathedral of Madrid.
Cardinal Angelo Amato, Prefect of the Congregation for the Causes of Saints, in a friendly chat with Fr. General and the Postulator, told us that we had to get moving so that this celebration would be a kairos, that is, a moment of grace and source of spiritual animation for the entire Oblate family, and not only for it…
This booklet has no other purpose than to quite simply provide some ideas for such animation, combining the charism of St. Eugene during his 150th anniversary year, with the heroic witness of some of his sons upon the 75th anniversary of their martyrdom.
We thank Fr. Frank Santucci, animator of the Oblate charism, for his considerable contribution to this booklet with his article, Oblation, a dynamo which generates energy, published in Missioni OMI (6 / 2011). In it, I found most of what inspired me in reference to St. Eugene.
Joaquín Martínez Vega, o.m.i.
DAY 1
Oblation and
Martyrdom
From the earliest days of the Missionary Oblates, they used the term “oblation” in speaking about religious consecration: temporal oblation, perpetual oblation.
It seems that, in the beginning, St. Eugene de Mazenod did not plan to found a new community of missionaries nor a new religious congregation. He wanted neither more nor less than this: to continue “the apostolic life” in its most authentic and original meaning, that is to say, to relive here and now the life of the Apostles with Jesus. To do that, more than giving missions or doing ministry, he wanted above all to collaborate with Jesus Christ the Savior in the work of redemption. To do this “mission” well, it was necessary to follow in the “footsteps of the Apostles,” to whom Jesus had said: “You will be my witnesses to the very ends of the world.”
WITNESS, in Greek, the language of the New Testament, means MARTYR.
St. Eugene required of “anyone who wishes to be one of us, a burning zeal,” “a self-giving love,” a preferential love for the most abandoned: to love without measure, to love with the same measure as the love of Christ: to the very giving of one’s life. For this, he required that each Oblate be ready to give his life. And if this happens with the shedding of one’s blood, we have martyrdom or a bloody oblation, the supreme oblation.
Therefore, St. Eugene wished for himself the grace of martyrdom. It was one of the intentions of his First Mass. He asked for: “final perseverance and also martyrdom, or at least death while assisting victims of the plague.” For “martyrdom out of charity will not have a lesser reward than martyrdom for the faith.” (26.01.1854: letter to a gravely ill missionary)
Testimony of the Martyrs
“I’ve always been deeply moved by stories of
martyrdom. When I read them, I am overpowered by a secret desire to suffer the
same fate. That would be the greatest priesthood to which all of us Christians
could aspire: to give each one’s own body and blood as a holocaust for the faith.
What an honor, to die as a martyr!”
These are the very words of one of the Martyrs, Gregorio Escobar, in a letter written to his family as he was preparing for his ordination.
Pause in silent meditation…
These are the very words of one of the Martyrs, Gregorio Escobar, in a letter written to his family as he was preparing for his ordination.
Pause in silent meditation…
Final prayer
Almighty and eternal God
Who granted to Francisco Esteban
and his martyred companions
the grace of giving their lives for Christ,
through a bloody oblation,
help us in our weakness,
so that through their intercession
and following their example,
we too might remain firm in our faith
and might be able to give our lives for others
through the “martyrdom of charity,”
according to the teaching
of St. Eugene de Mazenod;
and in this way,
we might be able to give witness to the world
about who Jesus Christ is.
We ask this through the intercession
of our Mother, Mary Immaculate,
through Jesus Christ our Lord.
R. Amen.
Almighty and eternal God
Who granted to Francisco Esteban
and his martyred companions
the grace of giving their lives for Christ,
through a bloody oblation,
help us in our weakness,
so that through their intercession
and following their example,
we too might remain firm in our faith
and might be able to give our lives for others
through the “martyrdom of charity,”
according to the teaching
of St. Eugene de Mazenod;
and in this way,
we might be able to give witness to the world
about who Jesus Christ is.
We ask this through the intercession
of our Mother, Mary Immaculate,
through Jesus Christ our Lord.
R. Amen.
DAY 2
Oblation as a
radical option for God
Young Eugene, fiery of character, full of life,
knowing no half measures, 25 years old, has an intuition that gives full
meaning to his life. One Good Friday, during the adoration of the Cross, he
understood that God loved him immensely. This intuition was like a magnet
attracting to itself, like metal filings, all aspects of his life. It was a
special grace that would radically change the course of his life. He had to
direct it exclusively towards his only goal: God. This awareness of knowing he
was loved by God gave full meaning to everything.
Looking at Jesus Christ who had given
everything for him, Eugene, as a logical consequence, decided to consecrate
himself totally to God. “I want to live only for You.” (Good Friday)
“Everything for God.” (Vespers of his priestly ordination) “To be everything
for God and everything for everyone.” (Retreat notes) He wants to dedicate
himself to preaching the Gospel by “serving Him without reserve and
consecrating my life for the spread of the Gospel.” (Holy Thursday, private
vows with Fr. Tempier)
Here Eugene uses a Word that sums up his entire
life: “oblation.” The oblation of Jesus Christ (the first Oblate) on the cross
and the oblation of Eugene are identical. If Jesus loved us so much as to give
his life, he must give his life for others just as Jesus did.
Testimony of the Martyrs
“From the moment we were
arrested (when they held us at gun point, face to the wall), we each had the
thought in mind of being killed because we were religious. Within us, the only
thing that arose was a spirit of forgiveness on the one hand, and on the other,
a desire to offer our lives for the Church, for peace in Spain and for those
who we thought were going to shoot us. The only motive that guided us was
supernatural, since humanly speaking, we had lost everything. We knew that if
they killed us, it was out of hatred for the Christian faith.” (Fr. Felipe Diez,
OMI, survivor)
Pause in silent meditation…
Final prayer (pag.17)
DAY 3
Oblation in
community attracts others
“A
burning zeal for the salvation of people” and the spirit of oblation were what
attracted others to join him. In the measure in which one’s life is converted
into a reflection of God’s love, in the same measure, it attracts others. Just
think of the nearly three hundred youth who gathered around him twice a week,
of his first missionaries who joined him in 1815 to spread the Gospel through
the villages of Provence, of the youth who over the years would join him to
become Oblates. Today, as a canonized saint, he continues to be a source of
inspiration for us, taking us by the hand to the very source of strength, God’s
love. Eugene always insisted that his Oblates, before proclaiming to others
“who Jesus Christ is,” had to identify with Him. The vocation of the Oblates
was to arrive at being “oblates” in the full sense of this world as he
understood and lived it. “Oblate,” each one personally and “Oblates” in
community.
Testimony of the Martyrs
(They expelled them from the house) and, “following
the instructions of the Superiors, each one sought refuge in the private homes
of family members or acquaintances, remaining in this (secret) location until
the month of October 1936. In the meantime, Fr. Esteban, as well as Fr. Blanco
and Fr. José Vega, risking their own lives, managed to secretly visit the
scholastics, encouraging them in their fidelity and their religious
commitments. As a concrete example, I remember hearing from Fr. Porfirio that,
on December 12, feast of Our Lady of the Pillar, patroness of the
scholasticate, some of the Servants of God got together and spent several hours
in adoration of the Blessed Sacrament which they were secretly keeping; in late
afternoon, they took communion, what would be their Viaticum.” (Fortunato
Alonso, OMI) Another testimony: “I asked (my brother Clemente) how he was
holding up and he told me: ‘We are in danger and we are afraid they will
separate us; we encourage one another. However, if we must die, I am ready and
I am sure that God will give us the strength we need to be faithful.’”
(Josefa, Sister of the Holy Family of Bordeaux)
Pause in silent meditation…
Final prayer
DAY 4
The Mission of
Eugene:
to
reveal to the most abandoned who they are in the eyes of God
The Congregation grew out of an irresistible
urge to teach Christians who Jesus Christ is so as to reveal to all human
beings their own dignity as children of God. They directed their ministry in
the first place to the most abandoned of society and the Church: the peasants
of Provence, the inmates of prisons, the youth who were an easy prey for
manipulation by the revolutionaries.
The Bishop of Digne, noticing the life and
activity of the Missionaries of Provence, asked them to take charge of the
Shrine of Our Lady of Laus. This Marian shrine was tumbledown and abandoned.
Fr. Tempier, the first superior of this new community, brought with him the
young Oblates in formation. This lively community became a center that influenced
the whole region. Large crowds came and filled to overflowing this forgotten
church which, with the Oblates’ presence, became a privileged place for
encountering Jesus Christ, the Savior.
The phenomenon repeated itself in Marseille
after the mission of 1820. Eugene set up the mission cross in the ruins of a
church destroyed during the Revolution, and that church became the “Church of
the Calvary.” Thousands and thousands of marginalized people: laborers,
immigrants, especially Italians, approached the fountainhead of the Savior.
When Eugene started this ministry, about 6,000 came; at his death, they were
more than 30,000.
Testimony of the Martyrs
Testimony of the Martyrs
Animosity against the Oblates was growing on
the part of the enemies of the faith. Fr. Pablo Fernandez describes it: “The
Oblates of Pozuelo were greatly appreciated and valued by believers; they were
called upon to attend religious meetings and celebrations of patronal feasts
and for other solemnities. They were also called upon to give retreats. This
good reputation among believers was just the opposite to the animosity of the
extremist groups and the anarchists, out of hatred of the faith. This atmosphere
was due to the fact that the community of the Missionary Oblates were the ones
who were fostering Christian life all around Pozuelo: Aravaca, Majadahonda y
Húmera.”
Pause in silent meditation…
Final prayer
DAY 5
Oblation lived for the diocese of Marseille
In 1832, Eugene was ordained a bishop and began
a new mission in his life, one that would last for 37 years. In 1837, the Pope
asks something of him that he did not want: to take charge of the diocese of
Marseille. Nevertheless, this would become for him a new opportunity to live
his oblation in service of the Church and he gave himself completely to this
end. “I must give my all to these people, as a father for his children. My very
existence, my life, my whole being must be devoted to this; I must think only
of their good, with the sole fear of not having done enough for their good,
their sanctification. I shall have no other goal than to seek their spiritual
good and, in a certain way, also their temporal good. In a word, I must be
consumed for them, ready to sacrifice my own comfort, my desires, my rest, my
very life for them.” And indeed he did. During his episcopacy, Marseille
doubled in population. The bishop set up and constructed more than 40 parishes.
Known for his closeness to the people, he glowed with the energy of his
oblation, daily receiving “his people” into his home; in his morning
correspondence and his pastoral visits in the afternoon, always giving
preference to the poorest and most abandoned. He founded many religious and
social works to meet the many spiritual and material needs of his diocese. The
diocese, which had been without a pastor for years and was about to be
suppressed, recovered and thrived.
Testimony of the Martyrs
Among the Martyrs are three Oblate Brothers. A
surviving witness says: “In a special way, I want to highlight the example
of the Lay Brothers who joyfully accomplished the most humble tasks in the
community and were an encouragement for all of us. Specifically, I remember
Brothers Bocos, Sánchez and Prado who gave us a cheerful and simple example in
their daily work. They lived as an exemplary sacrifice in the various
ministries they had. They lived the virtue of poverty by accepting the reality
of our lives so lacking in material things. They lived the Gospel in love and
fidelity to their work, seeking, as it says in the Gospel, ‘to serve and not be
served”.
Pause in silent meditation
Final prayer
DAY 6
An Oblation that
crosses seas
St. Eugene, Bishop of the second largest
diocese in France, continued being Superior General of the Oblates, guiding
from a distance their missionary zeal. He sent them to Canada, the United
States, England, Ireland, Algeria, South Africa and Ceylon. He energized them
with his letters, with his constant and fatherly solicitude; he urged them on
to total generosity. If they were tempted to be discouraged, because they were
not reaping the fruits of their dedication, as in the case of the first
missionaries to South Africa among the obstinate Zulus, he encouraged them not
to step back. “You must not be discouraged. A day will come in which the
merciful grace of God will produce a kind of explosion and your African Church
will be well planted,” he wrote, shortly before his death, to Blessed Joseph
Gerard, the Apostle of Lesotho. And that “explosion of grace” made the
Congregation grow during the last 20 years of the Founder’s life: from 46 to
415 members. This missionary explosion continues today with the presence of his
Oblates in 67 nations on the five continents, including many lay faithful who
“associate” themselves. The key word in the life of Eugene is “oblation” and,
in imitation of Jesus Christ, he lived it for the benefit of others. May St.
Eugene be a source of inspiration for all of us.
Testimony of the Martyrs
The vocation of a child can put to test a
mother’s love: “It is God who wants it, mama; do not be sad and don’t make
me sad. Be generous and give back to God the one who was His before being
yours.” In the novitiate, he gave her is junior’s cross, telling her: “Kiss
it often and, come what may, remember that everything we suffer for Him, as
much as it seems, will be very little compared to how He loves us and suffered
for us.” In saying goodbye to another mother who hid them in her home: “Don’t
be sad; I will return, but if something happens or they kill me, remember that
I will be with God and will help you.” After his martyrdom, his mother
wanted to find traces of her son in the ruins of the prison. His sister says: “Suddenly
she began to shout: Here! Here! We went in with her and we saw the wall covered
with writing. I could see that in one corner, there were some words that stood
out more than others because they were written in red and they said: ‘Mother,
they are taking me out to kill me; I am dying for God. Don’t cry: I am going to
God. Long live Christ the King!’ and it was signed ‘Publio’.”
ITALIANO
Oblazione e Martirio
Guidati da Sant’ Eugenio, sei giorni con i Martiri Oblati
Breve selezione di testi da meditare e pregare con S. Eugenio
e i Martiri Oblati
Guidati da Sant’ Eugenio, sei giorni con i Martiri Oblati
Breve selezione di testi da meditare e pregare con S. Eugenio
e i Martiri Oblati
DISPOSTI A
SACRIFICARE LA VITA
“La Chiesa, splendida eredità del Salvatore, da Lui acquistata a prezzo del suo sangue, ai nostri giorni, è stata crudelmente devastata. Questa Sposa diletta del Figlio di Dio, in lagrime per la vile diserzione dei figli da lei generati, è in preda al terrore.
“Lo spettacolo di questi disordini ha commosso profondamente alcuni sacerdoti che hanno a cuore la gloria di Dio e amano la Chiesa, e vorrebbero sacrificarsi, se è necessario, per la salvezza delle anime
“Che cosa devono fare gli uomini apostolici che vogliono camminare sulle orme di Gesù Cristo?
- Devono lavorare seriamente a diventare santi,
- Devono rinunciare interamente a se stessi,
- Devono essere pronti a sacrificare tutti i beni, i talenti, il riposo, la persona e la vita stessa per amore di Gesù Cristo , per il servizio della Chiesa e per la santificazione del prossimo”.
É questo l’ideale che Sant’Eugenio propone ai suoi Oblati
“Al brillante e glorioso esercito dei martiri appartengono non pochi cristiani spagnoli, uccisi in odio alla fede negli anni 1936-1939, durante la iniqua persecuzione scatenata contro la Chiesa, i suoi membri e le Istituzioni. Di particolare odio e accanimento furono oggetto i vescovi, i sacerdoti e i religiosi, il cui unico delitto era cre- dere in Cristo, annunciare il Vangelo, accompagnare il popolo nella via della salvezza. (Giovanni Paolo II)
PRESENTAZIONE
Il 21 Maggio 1861 spirava santamente in Marsiglia il Vescovo Eugenio de Mazenod. Nel 2011 ricorrono 150 anni dal suo dies natalis, la nascita al Cielo.
La Beatificazione di alcuni Oblati in questo anniversario conferma che il cammino spirituale intrapreso dal santo Fondatore, è un itinerario sicuro per santificarsi.
Il Superiore Generale dei Missionari Oblati di Maria Immacolata, con lettere di adesione di alcuni Cardinali e Vescovi, come pure di numerosissimi fedeli, ha presentato una “supplica” alla Santa Sede, chiedendo un’accelerazione della Causa di Beatificazione dei Martiri Oblati spagnoli, per poterla celebrare nel 2011.
La “supplica” è stata benevolmente accolta. Abbiamo perciò l’immensa gioia di partecipare, il prossimo 17 dicembre, nella Cattedrale di Madrid, all’evento tanto atteso.
Il Card. Angelo Amato, Prefetto della Congregazione delle Cause dei Santi, in un colloquio famigliare con il P. Generale e il Postulatore, diceva che dobbiamo impegnarci affinché la Beatificazione sia un vero kairos, momento di grazia e stimolo per una animazione spirituale di tutta la famiglia oblata, e non solo di questa.
Il sussidio che proponiamo, non ha altro scopo che offrire, con semplicità, alcune piste per l’animazione, coniugando il Carisma di Sant’Eugenio, nel 150° anniversario, con il Martirio di questi 22 suoi figli, a 75 anni dal loro sacrificio.
“La Chiesa, splendida eredità del Salvatore, da Lui acquistata a prezzo del suo sangue, ai nostri giorni, è stata crudelmente devastata. Questa Sposa diletta del Figlio di Dio, in lagrime per la vile diserzione dei figli da lei generati, è in preda al terrore.
“Lo spettacolo di questi disordini ha commosso profondamente alcuni sacerdoti che hanno a cuore la gloria di Dio e amano la Chiesa, e vorrebbero sacrificarsi, se è necessario, per la salvezza delle anime
“Che cosa devono fare gli uomini apostolici che vogliono camminare sulle orme di Gesù Cristo?
- Devono lavorare seriamente a diventare santi,
- Devono rinunciare interamente a se stessi,
- Devono essere pronti a sacrificare tutti i beni, i talenti, il riposo, la persona e la vita stessa per amore di Gesù Cristo , per il servizio della Chiesa e per la santificazione del prossimo”.
É questo l’ideale che Sant’Eugenio propone ai suoi Oblati
“Al brillante e glorioso esercito dei martiri appartengono non pochi cristiani spagnoli, uccisi in odio alla fede negli anni 1936-1939, durante la iniqua persecuzione scatenata contro la Chiesa, i suoi membri e le Istituzioni. Di particolare odio e accanimento furono oggetto i vescovi, i sacerdoti e i religiosi, il cui unico delitto era cre- dere in Cristo, annunciare il Vangelo, accompagnare il popolo nella via della salvezza. (Giovanni Paolo II)
PRESENTAZIONE
Il 21 Maggio 1861 spirava santamente in Marsiglia il Vescovo Eugenio de Mazenod. Nel 2011 ricorrono 150 anni dal suo dies natalis, la nascita al Cielo.
La Beatificazione di alcuni Oblati in questo anniversario conferma che il cammino spirituale intrapreso dal santo Fondatore, è un itinerario sicuro per santificarsi.
Il Superiore Generale dei Missionari Oblati di Maria Immacolata, con lettere di adesione di alcuni Cardinali e Vescovi, come pure di numerosissimi fedeli, ha presentato una “supplica” alla Santa Sede, chiedendo un’accelerazione della Causa di Beatificazione dei Martiri Oblati spagnoli, per poterla celebrare nel 2011.
La “supplica” è stata benevolmente accolta. Abbiamo perciò l’immensa gioia di partecipare, il prossimo 17 dicembre, nella Cattedrale di Madrid, all’evento tanto atteso.
Il Card. Angelo Amato, Prefetto della Congregazione delle Cause dei Santi, in un colloquio famigliare con il P. Generale e il Postulatore, diceva che dobbiamo impegnarci affinché la Beatificazione sia un vero kairos, momento di grazia e stimolo per una animazione spirituale di tutta la famiglia oblata, e non solo di questa.
Il sussidio che proponiamo, non ha altro scopo che offrire, con semplicità, alcune piste per l’animazione, coniugando il Carisma di Sant’Eugenio, nel 150° anniversario, con il Martirio di questi 22 suoi figli, a 75 anni dal loro sacrificio.
1° giorno
Oblazione e Martirio
Da sempre, i Missionari Oblati
usano il termine “oblazione” per indicare la consacrazione religiosa: oblazione
temporanea e perpetua.
Sant’Eugenio de Mazenod non pensava di fondare una comunità di missionari né una nuova congregazione religiosa. Non voleva altro che questo: continuare “la vita apostolica” nella forma più genuina, originale, cioè, rivivere qui e ora la vita degli Apostoli con Gesù. Per questo, più che predicare missioni o fare apostolato, voleva collaborare con Gesù Cristo Salvatore nell’opera della redenzione. Per compiere bene tale missione, era necessario seguire “le orme degli Apostoli”, ai quali Gesù aveva detto: “Sarete miei testimoni fino ai confini del mondo”.
TESTIMONE, in greco, lingua del Nuovo Testamento, si dice MARTIRE.
Sant’Eugenio esige “a chi vuol essere dei nostri, zelo ardente”, “amore oblativo”, amore preferenziale per i più abbandonati. Amare senza misura, amare con la misura dell’amore di Cristo: fino a dare la vita. Esigeva che ogni Oblato fosse disposto a dare la vita. Con lo spargimento del sangue, abbiamo il martirio, oblazione cruenta, oblazione suprema!
Sant’Eugenio desiderava per sé stesso la grazia del martirio. È una delle intenzioni della sua prima Messa. Chiedeva la perseveranza finale, e anche il martirio, o almeno la morte nell’assistenza agli appestati (martire della carità), o un altro genere di morte per la gloria di Dio e la salvezza delle anime”.
Sant’Eugenio de Mazenod non pensava di fondare una comunità di missionari né una nuova congregazione religiosa. Non voleva altro che questo: continuare “la vita apostolica” nella forma più genuina, originale, cioè, rivivere qui e ora la vita degli Apostoli con Gesù. Per questo, più che predicare missioni o fare apostolato, voleva collaborare con Gesù Cristo Salvatore nell’opera della redenzione. Per compiere bene tale missione, era necessario seguire “le orme degli Apostoli”, ai quali Gesù aveva detto: “Sarete miei testimoni fino ai confini del mondo”.
TESTIMONE, in greco, lingua del Nuovo Testamento, si dice MARTIRE.
Sant’Eugenio esige “a chi vuol essere dei nostri, zelo ardente”, “amore oblativo”, amore preferenziale per i più abbandonati. Amare senza misura, amare con la misura dell’amore di Cristo: fino a dare la vita. Esigeva che ogni Oblato fosse disposto a dare la vita. Con lo spargimento del sangue, abbiamo il martirio, oblazione cruenta, oblazione suprema!
Sant’Eugenio desiderava per sé stesso la grazia del martirio. È una delle intenzioni della sua prima Messa. Chiedeva la perseveranza finale, e anche il martirio, o almeno la morte nell’assistenza agli appestati (martire della carità), o un altro genere di morte per la gloria di Dio e la salvezza delle anime”.
Testimonianza dei Martiri
“Mi hanno sempre profondamente commosso le
storie di martirio. Sempre, leggendole, mi prende un segreto desiderio di
subire la stessa sorte. Sarebbe il miglior sacerdozio a cui potremmo aspirare
tutti i cristiani: offrire ognuno il proprio corpo e il sangue a Dio in olocausto
per la fede. Che fortuna sarebbe morir martire!”
Sono testuali parole di uno dei Martiri, Gregorio Escobar, in una lettera scritta alla famiglia, quando si stava preparando all’Ordinazione.
Pausa, preghiamo in silenzio…
Sono testuali parole di uno dei Martiri, Gregorio Escobar, in una lettera scritta alla famiglia, quando si stava preparando all’Ordinazione.
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale (da dire tutti i giorni):
Dio onnipotente ed eterno,
che hai concesso al Beato Francisco Esteban
e ai suoi compagni Martiri
la grazia di sacrificare
la vita per Cristo mediante l’oblazione cruenta,
aiutaci nella nostra debolezza perché anche noi,
radicati nella fede,
possiamo testimoniare davanti al mondo
chi è Gesù Cristo.
Te lo chiediamo per intercessione di Maria Immacolata, Madre nostra;
di Sant’Eugenio de Mazenod e di questi Martiri Oblati. Per Cristo Nostro Signore. R/. Amen.
Dio onnipotente ed eterno,
che hai concesso al Beato Francisco Esteban
e ai suoi compagni Martiri
la grazia di sacrificare
la vita per Cristo mediante l’oblazione cruenta,
aiutaci nella nostra debolezza perché anche noi,
radicati nella fede,
possiamo testimoniare davanti al mondo
chi è Gesù Cristo.
Te lo chiediamo per intercessione di Maria Immacolata, Madre nostra;
di Sant’Eugenio de Mazenod e di questi Martiri Oblati. Per Cristo Nostro Signore. R/. Amen.
2° giorno
L’Oblazione: scelta radicale di Dio
Il giovane Eugenio, carattere focoso, pieno di vita, che
non conosce mezze misure, a 25 anni, ha un’intuizione, che darà un senso pieno
alla vita. Un Venerdì Santo, durante l’adorazione della Croce, comprese che Dio
l’amava immensamente. Fu come una calamita che attirava a sé tutta la sua
esistenza. Fu una grazia eccezionale, che l’avrebbe radicalmente avviato verso
nuovi orizzonti. Ormai, la sua vita l’avrebbe orientata esclusivamente verso
l’unico fine: Dio. Questa presa di coscienza di sapersi amato da Dio dava pieno
senso a tutto.
Contemplando Gesù che ha dato tutto per lui, Eugenio si sente chiamato a una totale consacrazione a Dio. “Voglio vivere solo per Te” (Venerdì Santo); “Tutto per Dio” (vigilia dell’Ordinazione sacerdotale); “Essere tutto per Dio e tutto per tutti” (note di un ritiro); decide di dedicarsi all’evangelizzazione per “servirlo senza riserve e consacrare la mia vita alla diffusione del Vangelo” (Giovedì Santo, voti privati con il P. Tempier).
Qui Eugenio utilizza una parola che coinvolge tutta la vita: “oblazione”. L’oblazione di Gesù Cristo (primo Oblato) in croce e l’oblazione di Eugenio si identificano. Se Gesù ci amò fino al gesto estremo di dare la vita, dobbiamo dare la vita per gli altri, come Lui.
Contemplando Gesù che ha dato tutto per lui, Eugenio si sente chiamato a una totale consacrazione a Dio. “Voglio vivere solo per Te” (Venerdì Santo); “Tutto per Dio” (vigilia dell’Ordinazione sacerdotale); “Essere tutto per Dio e tutto per tutti” (note di un ritiro); decide di dedicarsi all’evangelizzazione per “servirlo senza riserve e consacrare la mia vita alla diffusione del Vangelo” (Giovedì Santo, voti privati con il P. Tempier).
Qui Eugenio utilizza una parola che coinvolge tutta la vita: “oblazione”. L’oblazione di Gesù Cristo (primo Oblato) in croce e l’oblazione di Eugenio si identificano. Se Gesù ci amò fino al gesto estremo di dare la vita, dobbiamo dare la vita per gli altri, come Lui.
Testimonianza dei Martiri
“Fin da primo momento della prigionia, mentre
ci tenevano allineati contro il muro, c’era in ciascuno di noi la chiara
sensazione che ci avrebbero uccisi, perché eravamo religiosi. L’unica reazione
che saliva dal profondo dell’anima era, da una parte, lo spirito del perdono e
dall’altra il desiderio di offrire la vita per la Chiesa, per la pace della
Spagna e per gli stessi che si preparavano a fucilarci. Eravamo mossi solo dal
soprannaturale, poiché umanamente perdevamo tutto. Eravamo coscienti che se ci
uccidevano, era solo in odio alla fede cristiana”. (P. Felipe Díez)
Pausa preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
3°
giorno
L’oblazione in comunità attira altri…è
contagiosa!
“Lo zelo ardente per la salvezza
degli uomini” e la forza dell’oblazione convinsero altri uomini ad unirsi a
lui. Nella misura in cui la sua vita è irradiazione dell’amore di Dio, nella
stessa misura attrae altre persone. Basti pensare ai quasi 300 giovani che si
ritrovavano con lui due volte alla settimana, ai primi missionari che lo
seguirono nel 1815, per annunciare il vangelo nei villaggi della Provenza, ai
giovani che nel corso degli anni si faranno Oblati. Oggi, Eugenio, santo “canonizzato”,
continua ad essere fonte d’ispirazione per noi, ci prende per mano guidandoci
verso la sorgente che è l’amore di Dio. Eugenio sempre esigeva che gli Oblati,
prima di annunciare agli altri “chi è Gesù Cristo”, dovevano identificarsi con
Lui. La vocazione oblata era quella di diventare “oblati” nel pieno senso della
parola, come lui stesso l’aveva intesa e vissuta: “Oblato”, ognuno
personalmente e “Oblati” in comunità.
Testimonianza dei Martiri
(Li cacciarono dal convento) e, “seguendo
le indicazioni dei Superiori, ciascuno cercò rifugio in case private, presso
familiari o amici, rimanendo in tale situazione (di clandestinità) fino ad
ottobre 1936. In quel periodo, P. Esteban e i PP. Blanco e José Vega, rischiando
la vita, cercavano di incontrare gli scolastici nella clandestinità,
incoraggiandoli ad essere fedeli ai loro impegni religiosi. Un fatto concreto:
ricordo che il P. Porfirio disse che il 12 ottobre, festa della Madonna del
Pilar, patrona dello Scolasticato, si riunirono alcuni Servi di Dio, e, dopo
aver passato varie ore in Adorazione davanti al Santissimo, conservato
clandestinamente, al tramonto fecero la santa Comunione, come Viatico”.
(Fortunato Alonso), “Chiesi (a mio fratello Clemente) come stavano, mi
rispose: «Siamo in pericolo e temiamo che ci separino; insieme, ci facciamo coraggio
a vicenda. Ciò nonostante, se si dovrà morire, sono pronto, sicuro che Dio ci
darà la forza necessaria per mantenerci fedeli» ”(Josefa).
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
Preghiera finale
4° giorno
Missione di Eugenio: rivelare ai
più abbandonati
“chi sono agli occhi di Dio”
“chi sono agli occhi di Dio”
Due anni dopo la fondazione a Aix, ammirato dalla loro vita e azione, il Vescovo di Digne chiese ai Missionari di Provenza di assumere la direzione del santuario di Nostra Signora di Laus. Il santuario era semidistrutto e in abbandono. P. Tempier, primo superiore della nuova comunità, portò con sé i giovani oblati in formazione. La vivacità del gruppo diventò centro di irradiazione nella regione. Durante i 22 anni di presenza oblata, i pellegrini riempivano il santuario, divenuto luogo privilegiato di incontro con il Salvatore. Durante l’estate, i missionari predicano circa 200 missioni popolari e accolgono tanta gente nel sacramento della misericordia.
P. Tempier scrive: “Volete sapere cosa facciamo qui? Ascoltiamo tantissime confessioni. I pellegrini sono sempre più numerosi. E quanti più siamo, più gente viene”.
La stessa cosa si ripete a Marsiglia dopo la missione del 1820. Eugenio piantò la Croce della Missione sulle rovine di una chiesa, distrutta durante la Rivoluzione e che diventerà la “Chiesa del Calvario”. Migliaia di disperati, operai, immigrati italiani soprattutto, si avvicinano alla sorgente della salvezza. Quando Eugenio cominciò questo ministero, si contarono circa 6.000 persone. Alla sua morte, se ne contavano più di 30.000.
Testimonianza dei Martiri
P. Pablo Fernández descrive
l’odio sempre più crescente dei nemici della fede verso gli Oblati: “Gli
Oblati di Pozuelo erano molto stimati dai fedeli, che li invitavano per
incontri e celebrazioni religiose, in occasione di feste patronali e altre
solennità. Li chiamavano anche per animare Ritiri. Questo apprezzamento
suscitava ancor più la contrarietà, in odio alla fede, dei gruppi estremisti e
anarchici, che vedevano nella Comunità dei Missionari Oblati l’anima della vita
cristiana per tutta la regione di Pozuelo: Aravaca, Majadahonda e Húmera”
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
Preghiera finale
5° giorno
Oblazione vissuta per la diocesi
di Marsiglia
Nel 1823 iniziava per Eugenio una nuova tappa della vita, durata ben 37 anni, al servizio della seconda città più grande di Francia. Nel 1837 è consacrato vescovo, suo malgrado. Tuttavia, l’evento gli offrirà una nuova occasione per vivere l’oblazione al servizio della Chiesa, dedicandosi ad essa senza riserve. “Devo darmi interamente a questa gente, come un padre ai propri figli. Devo dedicare l’ esistenza, la vita, tutto il mio essere a questo, devo pensare solo al loro bene, con il solo timore di non aver fatto abbastanza per la loro santificazione, senza altri scopi, se non quelo di cercare i loro interessi spirituali e, in certo qual modo, anche temporali. In una parola, devo consumarmi per loro, essere pronto a sacrificare comodità, desideri, riposo, la vita stessa”. E non c’è dubbio che l’ha fatto! Durante il suo episcopato, Marsiglia raddoppiò la popolazione. Il Vescovo eresse e costruì più di 40 parrocchie. Conosciuto per la sua vicinanza alla gente, irradiò la forza della sua oblazione, accogliendo ogni giorno la gente, in mattinata nel suo ufficio e nel pomeriggio nelle visite pastorali, dando sempre la precedenza ai più poveri e abbandonati. Diede vita a diverse opere per rispondere alle molteplici necessità spirituali e materiali dei fedeli. La diocesi, rimasta per anni senza Pastore e a punto di essere soppressa, riprese nuovo slancio.
Testimonianza dei Martiri
Tra i Martiri ci sono tre
Fratelli Oblati. Dice un testimone sopravissuto: “Voglio segnalare in modo
particolare l’esempio dei Fratelli Coadiutori, che con gioia assicuravano i più
umili servizi nella comunità, erano uno stimolo per tutti. Ricordo i Fratelli
Bocos, Sánchez y Prado che con semplicità e gioia ci edificavano nel lavoro
quotidiano, sacrificandosi nei vari compiti loro affidati. Vissero la virtù
della povertà, accettando la realtà della nostra vita, segnata da tante rinunce
materiali. Vivevano il Vangelo nell’amore e fedeltà al lavoro, cercando “di
servire e non di essere serviti”.
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
6°
giorno
Oblazione che attraversa i
mari... senza frontiere.
Pastore della seconda diocesi più grande di Francia, Eugenio continuava nella carica di Superiore generale degli Oblati, di cui animava a distanza lo zelo missionario. Li invia in Canada, Stati Uniti, Inghilterra, Irlanda, Algeria, Sudafrica e Ceylon (Sri Lanka). Incoraggia il loro dinamismo con lettere, con costante e paterna sollecitudine, li spinge verso una totale generosità. A volte si lasciano tentare dallo scoraggiamento per i mancati frutti di tanti sacrifici, come nel caso dei primi missionari tra gli zulù, in Sudafrica. “Non scoraggiarti. Verrà il giorno in cui la grazia misericordiosa di Dio produrrà una specie di esplosione e la vostra Chiesa africana resterà ben piantata”, scriveva, poco prima di morire al Beato Giuseppe Gérard, Apostolo del Lesoto.
L’esplosione di grazia fece crescere la Congregazione, negli ultimi 20 anni della vita del Fondatore, da 46 a 415 membri. Questa “esplosione missionaria” continua oggi con la presenza dei suoi Oblati in 67 nazioni dei 5 Continenti, contagiando anche molti laici “associati”. La parola chiave per Eugenio è “oblazione”. Come Gesù, la visse anch’egli per gli altri. Per tutti noi, può essere una fonte d’ispirazione.
Testimonianza dei Martiri
La vocazione di Publio, il
beniamino della famiglia, mette a dura prova l’amore della mamma: “É Dio
che lo vuole, mamma; non soffrire e non farmi soffrire. Sii generosa e dà a Dio
quel che è suo, prima che tuo”. Al noviziato le consegna il crocifisso di
“apostolino”, dicendole: “Bacialo tante volte e qualsiasi cosa succeda,
pensa che tutto ciò che soffriamo per Lui, per quanto ci sembri molto, è ancora
poco in confronto a quanto ci ama e ha sofferto per noi”. Salutando un’altra
madre che lo aveva nascosto in casa: “Non soffrire; io tornerò, ma se mi
succede qualcosa o mi uccidono, pensa che sarò con Dio e ti aiuterò”.
Terminata la guerra, la mamma cercava tracce tra le rovine del Carcere Modello.
“Improvvisamente cominciò a gridare: “Qui, qui!”. Entrammo con lei e
vedemmo tutta la parete scritta. Osservai in un angolo delle parole messe in
maggior evidenza, perché scritte in rosso. Dicevano: “Mamma, mi portano via per
uccidermi, muoio per Dio. Non piangere, me ne vado con Dio. Viva Cristo Re! Firmato: “Publio”.
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
Pausa, preghiamo in silenzio…
Preghiera finale
FRANÇAIS
Oblation et Martyre
Six jours avec les Martyrs
Oblats, et
les écrits de St. Eugène
Choix de textes brefs pour lire et prier avec St. Eugène
et les Martyrs Oblats
Choix de textes brefs pour lire et prier avec St. Eugène
et les Martyrs Oblats
DISPOSÉS À DONNER LA VIE
"L’Eglise, ce bel héritage du Sauveur, qu’il avait acquise au prix de son
sang, a été ravagée de nos jours d’une manière cruelle. Cette Epouse chérie du Fils de Dieu, pleurant la honteuse défection des
enfants qu’elle a engendrés, est en proie à la terreur. “La vue de ces désordres a touché le cœur de quelques prêtres à qui la
gloire de Dieu est chère, qui aiment l’Eglise et qui voudraient se sacrifier
s’ll le fallait, pour le salut des âmes.
“Que doivent faire à leur tous les hommes qui veulent marcher sur les trace de Jésus Christ ?
Ils doivent travailler sérieusement à devenir saints. Ils doivent renoncer complètement à eux-mêmes,
Ils doivent (être) disposés à sacrifier leurs biens, leurs talents, leur repos, leur personne et leur vie pour l’amour de Jésus Christ, le service de l’Eglise et la sanctification de leurs frères ”.
“Que doivent faire à leur tous les hommes qui veulent marcher sur les trace de Jésus Christ ?
Ils doivent travailler sérieusement à devenir saints. Ils doivent renoncer complètement à eux-mêmes,
Ils doivent (être) disposés à sacrifier leurs biens, leurs talents, leur repos, leur personne et leur vie pour l’amour de Jésus Christ, le service de l’Eglise et la sanctification de leurs frères ”.
Voilà l’idéal que St. Eugène propose à ses Oblats
“À l’armée
glorieuse et splendide des martyrs, appartiennent en grand nombre les chrétiens
espagnols, assassinés en haine de la foi, dans les années 1936-1939, à cause de
la persécution inique, déchaînée contre l’Eglise et contre ses membres et ses
institutions. Avec une haine et un acharnement particulier, les évêques, les
prêtres et les religieux ont été pourchassés, eux dont l’unique ‘délit’ était
de croire au Christ et d’annoncer l’Evangile
et de conduire le peuple sur les chemins du salut. ( Jean Paul II)
PRÉSENTATION
Le 21 mai 1861, expirait saintement, à Marseille, son Evêque, St Eugène de Mazenod. C’est ainsi que cette année 2011, nous célébrons le 150e anniversaire de son dies natalis, sa naissance au ciel. Nous avons voulu profiter de cette date pour mettre en valeur, grâce à la glorification de certains Oblats, que la route spirituelle, entreprise par notre Saint Fondateur, est un itinéraire sûr vers la sainteté. Avec ce motif en tête, le Supérieur général des Missionnaires Oblats de Marie Immaculée a présenté une “supplique” au Saint Siège, appuyée par des Cardinaux, des Evêques et de très nombreux fidèles, pour solliciter que s’accélère la cause des Martyrs d’Espagne, afin de pouvoir célébrer leur Béatification, en cette année jubilaire. Cette supplique a été reçue avec bienveillance, et ainsi nous avons la joie immense de participer à cet événement, le 17 décembre 2011, dans la cathédrale de Madrid.
Le Cardinal Angelo Amato, Préfet de la Congrégation pour les Causes des Saints, dans une conversation familière avec le P. Général et le P. Postulateur, disait qu’il fallait nous hâter, afin que cette célébration soit un kairos, c'est-à-dire, un moment de grâce et un impulsion pour animer toute la famille oblate et bien au-delà...
Ce dépliant n’a d’autres prétentions que de partager, en toute simplicité, quelques pistes d’animation, alliant le Charisme de St. Eugène, en son 150e anniversaire, avec le témoignage héroïque de ses fils, dans le 75e anniversaire de leur martyre.
Remercions le P. Frank Santucci, animateur du Charisme oblat, dont l’apport a enrichi ce dépliant par son article: Oblation, une dynamo, source d’énergie, publié dans Missioni OMI (6/2011). J’y ai trouvé pratiquement toutes mes références à St. Eugène. Joaquín Martínez Vega, o.m.i.
Le 21 mai 1861, expirait saintement, à Marseille, son Evêque, St Eugène de Mazenod. C’est ainsi que cette année 2011, nous célébrons le 150e anniversaire de son dies natalis, sa naissance au ciel. Nous avons voulu profiter de cette date pour mettre en valeur, grâce à la glorification de certains Oblats, que la route spirituelle, entreprise par notre Saint Fondateur, est un itinéraire sûr vers la sainteté. Avec ce motif en tête, le Supérieur général des Missionnaires Oblats de Marie Immaculée a présenté une “supplique” au Saint Siège, appuyée par des Cardinaux, des Evêques et de très nombreux fidèles, pour solliciter que s’accélère la cause des Martyrs d’Espagne, afin de pouvoir célébrer leur Béatification, en cette année jubilaire. Cette supplique a été reçue avec bienveillance, et ainsi nous avons la joie immense de participer à cet événement, le 17 décembre 2011, dans la cathédrale de Madrid.
Le Cardinal Angelo Amato, Préfet de la Congrégation pour les Causes des Saints, dans une conversation familière avec le P. Général et le P. Postulateur, disait qu’il fallait nous hâter, afin que cette célébration soit un kairos, c'est-à-dire, un moment de grâce et un impulsion pour animer toute la famille oblate et bien au-delà...
Ce dépliant n’a d’autres prétentions que de partager, en toute simplicité, quelques pistes d’animation, alliant le Charisme de St. Eugène, en son 150e anniversaire, avec le témoignage héroïque de ses fils, dans le 75e anniversaire de leur martyre.
Remercions le P. Frank Santucci, animateur du Charisme oblat, dont l’apport a enrichi ce dépliant par son article: Oblation, une dynamo, source d’énergie, publié dans Missioni OMI (6/2011). J’y ai trouvé pratiquement toutes mes références à St. Eugène. Joaquín Martínez Vega, o.m.i.
PREMIER JOUR
Oblation et Martyre
Depuis les premiers jours, les
Missionnaires Oblats ont toujours utilisé le terme « oblation » pour
désigner la consécration religieuse : oblation temporaire, oblation
perpétuelle.
Il semble qu’au début, Saint Eugène de Mazenod ne voulait pas fonder une communauté de missionnaires, ni une nouvelle congrégation religieuse. Il ne voulait rien de plus et rien de moins que de continuer « la vie apostolique » en son sens le plus authentiquement original, c'est-à-dire : revivre ici et maintenant, la vie des Apôtres avec Jésus. Pour cela, plus que de donner des missions, ou faire de l’apostolat, il voulait avant tout collaborer avec Jésus, Sauveur, à l’œuvre de la rédemption. Pour bien exercer cette « mission » il devait suivre « les traces des Apôtres » auxquels Jésus avait dit : »Vous serez mes témoins jusqu’aux confins de la terre. »
TÉMOIN, en grec, la langue du Nouveau Testament, se dit MARTYR.
Saint Eugène exige “de qui désire être des nôtres, un zèle ardent », un « amour oblatif », l’amour préférentiel pour les plus abandonnés. Aimer sans mesure, aimer avec la mesure de l’amour du Christ : jusqu’à donner la vie. C’est pour cela qu’il exigeait que chaque Oblat soit disposé à donner sa vie. Et si on la donne en versant son sang, c’est le martyre, l’oblation suprême.
Saint Eugène désirait pour lui-même la grâce du martyre. Ce fut l’une de ses intentions à sa Première Messe. Il a demandé « La persévérance finale et aussi le martyre ou du moins la mort en assistant les pestiférés » parce que le martyre de la charité n’aura pas moindre récompense que le martyre de la foi. » (26.01.1854: lettre à un missionnaire gravement malade).
Il semble qu’au début, Saint Eugène de Mazenod ne voulait pas fonder une communauté de missionnaires, ni une nouvelle congrégation religieuse. Il ne voulait rien de plus et rien de moins que de continuer « la vie apostolique » en son sens le plus authentiquement original, c'est-à-dire : revivre ici et maintenant, la vie des Apôtres avec Jésus. Pour cela, plus que de donner des missions, ou faire de l’apostolat, il voulait avant tout collaborer avec Jésus, Sauveur, à l’œuvre de la rédemption. Pour bien exercer cette « mission » il devait suivre « les traces des Apôtres » auxquels Jésus avait dit : »Vous serez mes témoins jusqu’aux confins de la terre. »
TÉMOIN, en grec, la langue du Nouveau Testament, se dit MARTYR.
Saint Eugène exige “de qui désire être des nôtres, un zèle ardent », un « amour oblatif », l’amour préférentiel pour les plus abandonnés. Aimer sans mesure, aimer avec la mesure de l’amour du Christ : jusqu’à donner la vie. C’est pour cela qu’il exigeait que chaque Oblat soit disposé à donner sa vie. Et si on la donne en versant son sang, c’est le martyre, l’oblation suprême.
Saint Eugène désirait pour lui-même la grâce du martyre. Ce fut l’une de ses intentions à sa Première Messe. Il a demandé « La persévérance finale et aussi le martyre ou du moins la mort en assistant les pestiférés » parce que le martyre de la charité n’aura pas moindre récompense que le martyre de la foi. » (26.01.1854: lettre à un missionnaire gravement malade).
Témoignage des Martyrs
“Les récits des
martyrs m’ont toujours ému jusqu’au très fond de moi-même En les lisant je suis
toujours pris par le désir de partager leur même sort. Ce serait le meilleur
sacerdoce auquel pourraient aspirer tous les chrétiens : offrir chacun à
Dieu son propre corps et son propre sang en holocauste pour la foi ¡ Quel
bonheur ce serait de mourir martyr ! »
Voilà les paroles textuelles de l’un des Martyrs, Gregorio Escobar, dans l’une de ses lettres à sa famille, alors qu’il se préparait pour l’ordination.
Voilà les paroles textuelles de l’un des Martyrs, Gregorio Escobar, dans l’une de ses lettres à sa famille, alors qu’il se préparait pour l’ordination.
Pause
en silence pour intérioriser…
Prière finale (pour tous les jours)
Dieu tout puissant et éternel,
qui as accordé à Francisco Esteban
et à ses compagnons Martyrs,
la grâce de donner leur vie pour le Christ,
par l’oblation de leur sang;
viens en aide à notre faiblesse,
afin que nous aussi,
par leur intercession et en suivant leur exemple,
nous demeurions fermes dans la foi,
et que nous sachions donner la vie pour les autres
par « le martyre de la charité”,
selon la consigne de Saint Eugène de Mazenod;
ainsi pourrons-nous rendre témoignage
devant le monde de qui est Jésus-Christ.
Nous te le demandons, par l’intercession
de notre Mère, Marie Immaculée,
par Jésus-Christ notre Seigneur. R/. Amen.
Dieu tout puissant et éternel,
qui as accordé à Francisco Esteban
et à ses compagnons Martyrs,
la grâce de donner leur vie pour le Christ,
par l’oblation de leur sang;
viens en aide à notre faiblesse,
afin que nous aussi,
par leur intercession et en suivant leur exemple,
nous demeurions fermes dans la foi,
et que nous sachions donner la vie pour les autres
par « le martyre de la charité”,
selon la consigne de Saint Eugène de Mazenod;
ainsi pourrons-nous rendre témoignage
devant le monde de qui est Jésus-Christ.
Nous te le demandons, par l’intercession
de notre Mère, Marie Immaculée,
par Jésus-Christ notre Seigneur. R/. Amen.
DEUXIÈME JOUR
L’Oblation, option radicale
pour Dieu
Le jeune Eugène, caractère de feu, débordant de vie, qui ne connaissait pas les demi-mesures, à 25 ans, a une intuition qui donnera sens à sa vie. Un Vendredi Saint, pendant l’adoration de la Croix, il a compris que Dieu l’aimait immensément. Cette intuition a été comme un aimant qui attira à lui comme des limailles, tous les aspects de sa vie. Ce fut une grâce particulière qui a changé radicalement la direction de sa vie. Elle l’a orientée exclusivement vers sa fin ultime : Dieu. Cette prise de conscience de se savoir aimé par Dieu donnait pleinement du sens à toute l’existence.
Regardant Jésus-Christ qui avait tout donné pour lui, Eugène, de façon logique décide de se consacrer totalement à Dieu. « Je ne veux vivre que pour Toi » (Vendredi Saint) ; « Tout pour Dieu » (le soir de son ordination) ; « Etre tout pour Dieu et tout pour tous » (notes de retraite) ; il souhaite se consacrer à la mission pour « le servir sans réserve et consacrer ma vie à la diffusion de l’Evangile » (Jeudi Saint, vœux privés avec le P. Tempier.)
Ici, Eugène utilise une parole qui recouvre toute sa vie: “oblation”. L’oblation de Jésus-Christ (premier Oblat) sur la croix et l’oblation d’Eugène se recoupent. Si Jésus nous a aimés jusqu’à l’extrême du don de sa vie, il faut donner sa vie pour les autres, comme il l’a fait lui-même.
Le jeune Eugène, caractère de feu, débordant de vie, qui ne connaissait pas les demi-mesures, à 25 ans, a une intuition qui donnera sens à sa vie. Un Vendredi Saint, pendant l’adoration de la Croix, il a compris que Dieu l’aimait immensément. Cette intuition a été comme un aimant qui attira à lui comme des limailles, tous les aspects de sa vie. Ce fut une grâce particulière qui a changé radicalement la direction de sa vie. Elle l’a orientée exclusivement vers sa fin ultime : Dieu. Cette prise de conscience de se savoir aimé par Dieu donnait pleinement du sens à toute l’existence.
Regardant Jésus-Christ qui avait tout donné pour lui, Eugène, de façon logique décide de se consacrer totalement à Dieu. « Je ne veux vivre que pour Toi » (Vendredi Saint) ; « Tout pour Dieu » (le soir de son ordination) ; « Etre tout pour Dieu et tout pour tous » (notes de retraite) ; il souhaite se consacrer à la mission pour « le servir sans réserve et consacrer ma vie à la diffusion de l’Evangile » (Jeudi Saint, vœux privés avec le P. Tempier.)
Ici, Eugène utilise une parole qui recouvre toute sa vie: “oblation”. L’oblation de Jésus-Christ (premier Oblat) sur la croix et l’oblation d’Eugène se recoupent. Si Jésus nous a aimés jusqu’à l’extrême du don de sa vie, il faut donner sa vie pour les autres, comme il l’a fait lui-même.
Témoignage
des Martyrs
“Depuis le premier moment de notre détention (quand il nous tenaient braqués contre le mur), en chacun de nous il y avait la conviction profonde d’être assassinés à cause de notre condition de religieux. À l’intérieur de nous-mêmes, la seule chose qui émergeait était l’esprit de pardon d’une part et de l’autre, le désir d’offrir la vie pour l’Eglise, pour la paix de l’Espagne et pour ceux mêmes que nous pensions qui allaient nous fusiller. Le seul motif qui nous guidait était surnaturel, car au plan humain, nous n’espérions plus rien. Nous étions conscients du fait que s’ils nous tuaient c’était en haine de la foi chrétienne. » (P. Felipe Diez OMI, survivant).
Pause, en silence pour
intérioriser …
Prière finale, pour tous les
jours
TROISIÈME JOUR
L’oblation en communauté,
force d’attraction
“Le zèle ardent pour le salut des hommes” et la force de l’oblation ont été les facteurs qui ont attiré d’autres à s’unir à lui. Dans la mesure où sa vie irradie l’amour de Dieu, dans cette même mesure elle en attire d’autres. Il suffit de penser à ces quelques trois cents jeunes qui se sont réunis autour de lui, deux fois par semaine, à ses premiers missionnaires qui l’ont rejoint en 1815 pour répandre l’Evangile par les villages de Provence, aux jeunes qui au cours des années les ont rejoint pour devenir Oblats. Aujourd’hui qu’il est canonisé, il continue à être une source d’inspiration pour nous, il nous mène par la main vers cette source d’énergie qu’est l’amour de Dieu. Eugène insistait toujours auprès de ses Oblats, qu’avant d’annoncer aux autres “qui est Jésus-Christ”, ils commencent par s’identifier à Lui. La vocation des Oblats était de devenir “oblats” au plein sens du mot, comme lui le comprenait et le vivait : « Oblat » chacun personnellement et « Oblats » en communauté.
“Le zèle ardent pour le salut des hommes” et la force de l’oblation ont été les facteurs qui ont attiré d’autres à s’unir à lui. Dans la mesure où sa vie irradie l’amour de Dieu, dans cette même mesure elle en attire d’autres. Il suffit de penser à ces quelques trois cents jeunes qui se sont réunis autour de lui, deux fois par semaine, à ses premiers missionnaires qui l’ont rejoint en 1815 pour répandre l’Evangile par les villages de Provence, aux jeunes qui au cours des années les ont rejoint pour devenir Oblats. Aujourd’hui qu’il est canonisé, il continue à être une source d’inspiration pour nous, il nous mène par la main vers cette source d’énergie qu’est l’amour de Dieu. Eugène insistait toujours auprès de ses Oblats, qu’avant d’annoncer aux autres “qui est Jésus-Christ”, ils commencent par s’identifier à Lui. La vocation des Oblats était de devenir “oblats” au plein sens du mot, comme lui le comprenait et le vivait : « Oblat » chacun personnellement et « Oblats » en communauté.
Témoignage des Martyrs
(Ils les ont expulsés du couvent) et, “suivant les indication des
supérieurs, chacun chercha refuge chez des parents ou connaissances, restant
ainsi en clandestinité, jusqu’au mois d’octobre 1936. Pendant ce temps, tant le
P. Esteban, que le P. Blanco et le P. José Vega, risquant leur propre vie,
visitaient les scolastiques, en clandestinité, les encourageant dans leur fidélité et leurs engagements
religieux. Comme fait concret, je tiens du P. Porfirio que le 12 octobre, fête
de Notre Dame du Pilar, patronne du scolasticat, quelques uns des Serviteurs de
Dieu se sont réunis, et qu’après avoir passé quelques heures en adoration
devant le Saint Sacrement, qu’ils gardaient clandestinement, ils ont communié,
à la tombée de la nuit, ce qui aura été leur Viatique. (P. Fortunato Alonso, OMI). Autre témoignage: “J’ai demandé (à
mon frère Clemente) comment il se sentait et il me dit: ‘Nous sommes en danger
et nous craignons qu’ils nous séparent: ensemble, nous nous donnons du courage.
Après tout, s’il faut mourir, je suis disposé, sûr que Dieu nous donnera la force
dont nous avons besoin pour être fidèles » (Josefa, religieuse de la
Sainte Famille de
Bordeaux)
Bordeaux)
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Prière finale, pour tous les jours
Prière finale, pour tous les jours
QUATRIÈME
JOUR
La
mission d’Eugène:
révéler
aux plus abandonnés ce qu’ils sont aux yeux de Dieu
La Congrégation naît de l’impulsion irrépressible d’enseigneur aux chrétiens
qui est Jésus-Christ, afin de révéler à tout être humain sa propre dignité de
fils de Dieu. Ils organisent leur ministère de manière à donner la priorité aux
plus abandonnés de la société et de l’Eglise : les paysans de Provence,
les prisonniers, la jeunesse, proie facile à manipuler par les
révolutionnaires. L’Evêque de Digne, constatant la vie et l’action des
Missionnaires de Provence, les a appelés et leur a confié le Sanctuaire de N.D.
du Laus. Ce sanctuaire marial était à moitié en ruines et abandonné. Le P.
Tempier, premier supérieur de cette nouvelle communauté, a pris avec lui les
jeunes Oblats en formation. Cette communauté fervente se transforme en un
centre de rayonnement pour toute la région. Les foules accourent, nombreuses et
font déborder cette église oubliée, qui, par la présence oblate, se transforme
en un lieu privilégié, pour rencontrer Jésus-Christ, Sauveur. Le même phénomène
se répète à Marseille durant la mission de 1820. Eugène a planté la Croix de la
mission sur les ruines d’une église, détruite durant la Révolution, et cette
église s’est transformée en ‘l’Eglise du Calvaire’. Des milliers et des
milliers de marginaux : ouvriers, immigrés, surtout des italiens, se sont
approchés des sources du Sauveur. Quand Eugène commença ce ministère, ils
étaient 6.000. A sa mort, ils étaient plus de 30.000.
Témoignage des Martyrs
Témoignage des Martyrs
L’antipathie contre
les Oblats va croissant chez les ennemis de la foi. Le P. Pablo Fernández le décrit ainsi; “Les
Oblats de Pozuelo étaient très appréciés et estimés par les croyants, on les
invitait à assister à des réunions et aux célébrations religieuses dans les
fêtes patronales et autres solennités. On les appelait aussi à donner
des retraites. Cette bonne réputation parmi les croyants excitait
l’antipathie, en haine de la foi, chez les groupes extrémistes et anarchistes…
ce climat venait du fait que la communauté des Missionnaires Oblats était celle
qui faisait grandir la vie chrétienne dans les environs de Pozuelo :
Aravaca, Majadahonda et Humera »… )
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Prière finale, pour tous les jours
Prière finale, pour tous les jours
CINQUIÈME JOUR
L’Oblation vécue pour le
diocèse de Marseille
En1832, Eugène est ordonné évêque et cette nouvelle mission durera 37 ans, la dernière partie de sa vie. En 1837, le Pape lui propose quelque chose qu’il ne souhaitait pas : prendre en charge le diocèse de Marseille. Il allait trouver ainsi une nouvelle occasion pour vivre son oblation, au service de l’Eglise, à laquelle il s’est livré entièrement : « Je dois me dépenser pour ce peuple comme un père pour ses enfants. Mon existence, ma vie, tout mon être doivent lui être consacrés, je dois penser à son seul bien, avec la seule crainte de ne pas avoir fait suffisamment pour son bien, sa sanctification, sans chercher autre chose que de lui procurer tous les secours spirituels et, en quelque sorte, y compris matériels. En un mot, je dois me consumer pour eux, être disposé à sacrifier mon bien-être, mes désirs, le repos, la vie même, pour eux.
Et vraiment il l’a fait. Pendant son épiscopat, Marseille a doublé de population. L’Evêque a fondé plus de 40 paroisses. Connu pour sa proximité avec les gens, il rayonnait l’énergie issue de son oblation, accueillant tous les jours « son monde » dans son bureau, le matin, et dans les visites pastorales, l’après-midi, donnant toujours la préférence aux plus pauvres et abandonnés. Il a fondé beaucoup d’œuvres religieuses et sociales pour répondre aux nécessités multiples, spirituelles et matérielles de ses diocésains. Le diocèse qui était resté pendant des années sans pasteur et avait risqué d’être supprimé, retrouvait ainsi une nouvelle vigueur.
En1832, Eugène est ordonné évêque et cette nouvelle mission durera 37 ans, la dernière partie de sa vie. En 1837, le Pape lui propose quelque chose qu’il ne souhaitait pas : prendre en charge le diocèse de Marseille. Il allait trouver ainsi une nouvelle occasion pour vivre son oblation, au service de l’Eglise, à laquelle il s’est livré entièrement : « Je dois me dépenser pour ce peuple comme un père pour ses enfants. Mon existence, ma vie, tout mon être doivent lui être consacrés, je dois penser à son seul bien, avec la seule crainte de ne pas avoir fait suffisamment pour son bien, sa sanctification, sans chercher autre chose que de lui procurer tous les secours spirituels et, en quelque sorte, y compris matériels. En un mot, je dois me consumer pour eux, être disposé à sacrifier mon bien-être, mes désirs, le repos, la vie même, pour eux.
Et vraiment il l’a fait. Pendant son épiscopat, Marseille a doublé de population. L’Evêque a fondé plus de 40 paroisses. Connu pour sa proximité avec les gens, il rayonnait l’énergie issue de son oblation, accueillant tous les jours « son monde » dans son bureau, le matin, et dans les visites pastorales, l’après-midi, donnant toujours la préférence aux plus pauvres et abandonnés. Il a fondé beaucoup d’œuvres religieuses et sociales pour répondre aux nécessités multiples, spirituelles et matérielles de ses diocésains. Le diocèse qui était resté pendant des années sans pasteur et avait risqué d’être supprimé, retrouvait ainsi une nouvelle vigueur.
Témoignage des
Martyrs
Parmi les Martyrs, il y a trois Frères Oblats. Un témoin qui a survécu
en parle ainsi: Je tiens à souligner tout spécialement, l’exemple des Frères
Coadjuteurs qui s’acquittaient joyeusement des tâches plus humbles de la
communauté et qui étaient un encouragement pour tous. Je me souviens concrètement
des Frères Bocos, Sanchez et Prado qui nous donnaient un exemple joyeux et
simple dans leur travail quotidien. Ils vivaient les divers services comme un
sacrifice exemplaire. Ils ont vécu la vertu de pauvreté, acceptant la réalité
de notre vie où nous manquions de presque tout au plan matériel ; ils
vivaient l’Evangile dans l’amour et la fidélité au travail en cherchant, comme
dit l’Evangile, à servir et non à être servis.
Pause, en silence pour
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Prière finale, pour tous les jours
Prière finale, pour tous les jours
SIXIÈME JOUR
Une Oblation qui affronte les mers
S. Eugène, Evêque du deuxième plus grand diocèse de France menait de front son diocèse et la tâche de Supérieur général des Oblats, guidant à distance leur zèle missionnaire. Il les a envoyés au Canada, aux Etats Unis, en Angleterre, Irlande, Algérie, Afrique du Sud et Ceylan. Il soutint leur dynamisme par ses lettres et sa sollicitude paternelle constante ; il les poussa à une générosité totale. S’ils se laissent tenter par le découragement parce qu’ils ne moissonnaient pas les fruits qu’ils attendaient, comme par exemple en Afrique du Sud, face aux Zoulous réfractaires, il les encourageait afin qu’ils ne reculent pas.. “Tu ne dois pas te décourager. Un jour viendra où la grâce miséricordieuse de Dieu produira une sorte d’explosion et votre Eglise africaine sera bien implantée.” Ainsi écrivait-il, peu avant sa mort, au Bienheureux Joseph Gérard, Apôtre du Lesotho. Et cette ‘explosion de grâce’ a fait passer la Congrégation, durant les vingt dernières années de la vie du fondateur, de 46 à 415 membres. Cette explosion missionnaire continue aujourd’hui avec la présence de ses Oblats en 67 pays, sur les cinq continents, touchant aussi beaucoup de laïcs qui les rejoignent.
S. Eugène, Evêque du deuxième plus grand diocèse de France menait de front son diocèse et la tâche de Supérieur général des Oblats, guidant à distance leur zèle missionnaire. Il les a envoyés au Canada, aux Etats Unis, en Angleterre, Irlande, Algérie, Afrique du Sud et Ceylan. Il soutint leur dynamisme par ses lettres et sa sollicitude paternelle constante ; il les poussa à une générosité totale. S’ils se laissent tenter par le découragement parce qu’ils ne moissonnaient pas les fruits qu’ils attendaient, comme par exemple en Afrique du Sud, face aux Zoulous réfractaires, il les encourageait afin qu’ils ne reculent pas.. “Tu ne dois pas te décourager. Un jour viendra où la grâce miséricordieuse de Dieu produira une sorte d’explosion et votre Eglise africaine sera bien implantée.” Ainsi écrivait-il, peu avant sa mort, au Bienheureux Joseph Gérard, Apôtre du Lesotho. Et cette ‘explosion de grâce’ a fait passer la Congrégation, durant les vingt dernières années de la vie du fondateur, de 46 à 415 membres. Cette explosion missionnaire continue aujourd’hui avec la présence de ses Oblats en 67 pays, sur les cinq continents, touchant aussi beaucoup de laïcs qui les rejoignent.
La parole-clé dans la vie d’Eugène est
“Oblation”, et il l’a vécu, à l’exemple de Jésus, pour les autres.
Il peut être pour nous tous, une source
d’inspiration.
Témoignage des Martyrs
La vocation d’un fils peut mettre en crise l’amour de sa mère : « C’est
Dieu qui le veut, maman, ne souffre pas ni ne me fais souffrir. Sois généreuse
et donne à Dieu ce qui est de Lui avant d’être de toi. » Au noviciat,
il lui donne sa Croix de junioriste en disant : « Embrasse-la
souvent et advienne que pourra, pense que tout ce que nous souffrons pour Lui,
aussi pénible que cela semble être, ne sera que peu de chose devant son amour
et sa souffrance pour nous. » En prenant congé d’une autre mère qui
les avait accueillis à la maison : « Ne souffre pas, je
reviendrai, mais s’il m’arrive quelque chose, ou s’ils me tuent pense que je
serai avec Dieu et que je t’aiderai. » Après le martyre sa mère
veut retrouver les traces de son fils dans les ruines de la prison. Sa sœur
raconte : « Soudain elle s’est mise à crier : Ici, ici !
Nous sommes entrés avec elle et nous avons vu toutes les parois couvertes
d’écriture. J’ai pu voir dans un coin, des paroles qui se détachaient parce que
écrites en rouge et qui disaient :’Mère, ils m’amènent, je meurs pour
Dieu. Ne pleure pas, je vais chez Lui. Vive le Christ Roi ! signé Publio”.
Pause, en silence pour
intérioriser …
Prière finale, pour tous les jours
Prière finale, pour tous les jours
PRIÈRE POUR GRANDIR DANS
L’AMOUR DE DIEU
Mon Dieu,
redoublez, triplez,
centuplez mes forces,
que je vous aime
non seulement autant que je puis vous aimer,
ce n’est rien,
mais que je vous aime
autant que vous ont aimé les Saints,
autant que vous aima et que vous aime
votre Très Sainte Mère.
Mon Dieu, ce n’est pas assez.
Et pourquoi ne voudrais-je vous aimer
autant que vous vous aimez vous-même?
Cela est impossible, je le sais,
mais le désir n’est pas impossible
puisque je le forme,
dans toute la sincérité de mon cœur,
de toute mon âme.
Oui, mon Dieu,
je voudrais vous aimer
autant que vous vous aimez vous-même.
redoublez, triplez,
centuplez mes forces,
que je vous aime
non seulement autant que je puis vous aimer,
ce n’est rien,
mais que je vous aime
autant que vous ont aimé les Saints,
autant que vous aima et que vous aime
votre Très Sainte Mère.
Mon Dieu, ce n’est pas assez.
Et pourquoi ne voudrais-je vous aimer
autant que vous vous aimez vous-même?
Cela est impossible, je le sais,
mais le désir n’est pas impossible
puisque je le forme,
dans toute la sincérité de mon cœur,
de toute mon âme.
Oui, mon Dieu,
je voudrais vous aimer
autant que vous vous aimez vous-même.
(S. Eugène de Mazenod, retraite d’ordination)
PO POLSKU
WSPOMNIENIE BŁOGOSŁAWIONYCH
OBLATÓW MĘCZENNIKÓW HISZPAŃSKICH
OBLACJA I MĘCZEŃSTWO
Sześć dni z
Męczennikami Oblackimi
GOTOWI, ABY ODDAĆ ŻYCIE.
Kościół, wspaniałe
dziedzictwo Zbawiciela, nabyte przez Niego za cenę Krwi, za dni naszych został
okrutnie spustoszony. Umiłowana Oblubienica Syna Bożego doznaje ucisku,
opłakując sromotne odstępstwo dzieci, którym dała życie. Widok tego zła
poruszył serca kilku kapłanów gorliwych o chwałę Bożą, kochających Kościół i
gotowych poświęcić siebie - gdyby było potrzeba - dla zbawienia dusz. Jak zatem
mają postąpić ludzie, którzy pragną pójść śladami Jezusa Chrystusa? Muszą
rzetelnie pracować, aby stać się świętymi. Muszą być gotowymi poświęcić całe
swe mienie, zdolności, odpoczynek, osobę i życie z miłości do Jezusa Chrystusa,
w służbie Kościołowi i dla uświęcenia bliźnich. Oto
ideał, jaki święty Eugeniusz proponuje swoim oblatom.
Do świetlanego i chwalebnego orszaku
męczenników należy wielu hiszpańskich chrześcijan, zamordowanych z nienawiści
do wiary w latach 1936-1939 w wyniku niesprawiedliwego i gwałtownego
prześladowania przeciwko Kościołowi, jego członkom i instytucjom. Z nienawiścią
i szczególną zażartością zostali wypędzeni biskupi, księża i zakonnicy, ci,
których jedynym przewinieniem było to, że wierzyli w Chrystusa, głosili
Ewangelię i prowadzili ludzi drogami zbawienia. (Jan Paweł II)
WPROWADZENIE
21 maja 1861 roku w opinii świętości w Marsylii zmarł
biskup święty Eugeniusz de Mazenod. W roku 2011 obchodzimy 150. rocznicę jego
narodzin dla nieba. Chcieliśmy wykorzystać tę okazję, aby pokazać, dzięki wyniesieniu
pewnych oblatów, że duchowa droga podjęta przez naszego świętego Założyciela to
droga prowadząca do świętości. Mając tę tezę w głowie Superior Generalny
Misjonarzy Oblatów Maryi Niepokalanej ponaglany przez kardynałów, biskupów i
wielu wiernych, Stolicy Apostolskiej przedłożył prośbę, aby postarać się o
przyspieszenie procesu męczenników hiszpańskich, aby w roku jubileuszowym móc
świętować ich beatyfikację. Ta prośba została życzliwie spełniona i z
niesamowitą radością 17 grudnia 2011 roku w katedrze w Madrycie mogliśmy
uczestniczyć w tym wydarzeniu.
Kardynał Angelo Amato, prefekt kongregacji ds.
kanonizacyjnych w serdecznej rozmowie z Ojcem Generałem i Postulatorem
Generalnym powiedział, że trzeba było nas przynaglić, aby ta celebracja była swoistym
Kairom, to znaczy momentem łaski i impulsem do ożywienia całej rodziny
oblackiej i wielu innych…
Ten folder ma na celu jedynie z całą prostotą ukazać kilka
ścieżek animacji, łączących charyzmat świętego Eugeniusza, w 150. rocznicę jego
narodzin dla nieba z heroicznym świadectwem jego synów, w 75. rocznicę ich
męczeństwa.
Dziękujemy ojcu Frankowi Santucci, animatorowi charyzmatu
oblackiego, którego artykuł: Oblacja, dynamo, źródło energii, opublikowanego w Missioni
OMI (6/2011). był przyczynkiem do tego folderu. Znalazłem w nim praktycznie
wszystkie me odniesienia do świętego Eugeniusza. Joaquín Martínez Vega,
o.m.i.
DZIEŃ PIERWSZY
OBLACJA I MĘCZEŃSTWO
Od samego początku Misjonarze Oblaci, aby opisać zakonną
konsekrację, ciągle posługiwali się terminem oblacja: oblacja czasowa,
wieczysta oblacja.
Wydaje się, że na początku święty Eugeniusz de Mazenod nie
chciał zakładać wspólnoty misjonarskiej ani nowego zgromadzenia zakonnego. Nie
chciał niczego poza kontynuowaniem apostolskiego życia w najczystszej jego
formie, to znaczy: żyć tu i teraz jak Apostołowie z Jezusem. W tym celu,
jeszcze bardziej niż przez głoszenie misji czy prowadzenie apostolatu, chciał
współpracować z Jezusem-Zbawicielem w dziele odkupienia. Aby dobrze wypełnić te
misję musiał podążać śladami Apostołów, do których Jezus powiedział: Będziecie moimi świadkami aż po krańce ziemi.
Świadek, po grecku – w języku Nowego Testamentu – oznacza męczennika.
Święty Eugeniusz od tego, który chce być jednym z nas wymaga żarliwej gorliwości, ofiarnej
miłości, miłości przede wszystkim dla najbardziej opuszczonych. Kochać bez
miary, kochać miara miłości Chrystusa aż po oddanie życia. To dlatego
wymagał, aby każdy oblat był gotowy do oddania swego życia. A jeśli oddawało
się życie, przelewając swoją krew, to męczeństwo było najdoskonalszą oblacją.
Święty Eugeniusz sam pragnął łaski męczeństwa. To była
jedna z jego intencji podczas mszy prymicyjnej. Prosił o wytrwanie aż do końca lub przynajmniej śmierć w służbie zadżumionym,
ponieważ męczeństwo miłości w nie
mniejszym stopniu zostanie nagrodzone niż męczeństwo za wiarę. (26.01.1854:
list do ciężko chorego misjonarza)
Świadectwo Męczenników
Opowiadania o męczennikach zawsze do głębi mnie
poruszały. Czytając je zawsze byłem owładnięty pragnieniem, aby podzielić ten
sam los. To byłoby najlepsze kapłaństwo, za którym mogliby tęsknić wszyscy
chrześcijanie: oddać Bogu swe własne ciało i swą własną krew jako całopalną
ofiarę za wiarę. Cóż za szczęście umrzeć jako męczennik!
Oto słowa jednego z męczenników Gregorio Escobar, zaczerpnięte
z jednego z jego listów do rodziny, gdy przygotowywał się do święceń
kapłańskich.
Chwila ciszy
Modlitwa końcowa (do codziennego odmawiania)
Wszechmogący i wieczny Boże, który Franciszkowi Esteban i
jego towarzyszom męczennikom udzieliłeś łaski oddania życia za Chrystusa przez
oblację krwi, wspomóż naszą słabość, abyśmy dzięki ich wstawiennictwu i
przykładowi byli niewzruszeni w wierze oraz dzięki wskazówce świętego Eugeniusza
de Mazenod potrafili oddać nasze życie przez oblację miłości i w ten sposób
wobec świata mogli dać świadectwo, kim jest Jezus Chrystus. Prosimy Cię o to
prze wstawiennictwo naszej Niepokalanej Matki i przez Jezusa Chrystusa, naszego
Pana. Amen.
DZIEŃ DRUGI
OBLACJA – RADYKALNA OPCJA DLA BOGA
Młody
Eugeniusz – porywczy i pełen życia charakter, nie znając półśrodków, w wieku 25
lat, doświadcza czegoś, co nadało sens jego życiu. W Wielki Piątek, podczas
adoracji Krzyża, zrozumiał, że Bóg kocha go bezgranicznie. Doświadczenie to
było jak magnes, który jak kawałki metalu przyciągnął wszystkie aspekty jego
życia. Byto była szczególna łaska, która radykalnie zmieniła kierunek jego
życia. Ona całkowicie skierowała go ku jego ostatecznemu celowi, ku Bogu. Ta
świadomość, iż wiedział, że jest kochany przez Boga, nadała sens całej jego
egzystencji. Patrząc na Jezusa, który oddał wszystko dla niego, Eugeniusz w
logiczny sposób postanawia, aby całkowicie poświęcić się Bogu: Chcę żyć tylko dla Ciebie (Wielki Piątek);
Wszystko dla Boga (w przeddzień
swoich święceń); Być wszystkim dla Boga i
wszystkim dla wszystkich (notatki z rekolekcji); pragnie poświęcić się
misji, aby Mu służyć bez reszty i poświęcić
swe życie dla rozprzestrzeniania się Ewangelii (Wielki Czwartek, prywatne
śluby wraz z ojcem Tempier).
Tu
Eugeniusz używa słowa oblacja, które podsumowuje całe jego życie:. Oblacja
Jezusa Chrystusa (pierwszego Oblata) na krzyżu i oblacja Eugeniusza są
identyczne. Jeżeli Jezus ukochał nas tak bardzo, że oddał za nas życie, musimy
tak jak On oddać życie za innych.
Świadectwo Męczenników
Od pierwszej chwili naszego
uwięzienia, podczas gdy trzymano nas twarzami zwróconymi w stronę ściany), w
każdym z nas było głębokie przekonanie, że zostaniemy zabici tylko dlatego, że
byliśmy zakonnikami. Jedyną reakcją, jaka się w nas zrodziła, był duch
przebaczenia z jednej strony, z drugiej zaś pragnienie ofiarowania życia za
Kościół, za pokój w Hiszpanii i za tych, którzy przygotowywali się, aby nas
rozstrzelać. Jedynym motywem, który nam przewodził był motyw nadprzyrodzony, ponieważ
patrząc po ludzku nie mielismy już na nic nadziei. Byliśmy świadomi, że jeśli
nas zabiją, będzie to tylko z nienawiści do chrześcijańskiej wiary (o. Filipe Dziez OMI, ocalały)
Chwila ciszy
Modlitwa końcowa (do codziennego odmawiania)
DZIEŃ TRZECI
OBLACJA WE WSPÓLNOCIE SIŁĄ
PRZYCIĄGAJĄCĄ
Żarliwa gorliwość o zbawienie dusz i duch oblacji były
czynnikami, które innych pociągały do tego, aby się przyłączyć do Eugeniusza. W
takiej mierze, w jakiej jego życie jest promieniem miłości Boga, w takiej samej
mierze pociąga innych. Wystarczy pomyśleć o grupie prawie trzystu młodych
ludzi, którzy dwa razy w tygodniu gromadzili się wokół niego, o pierwszych
misjonarzach, którzy przyłączyli się do niego w 1815 roku, aby głosić Ewangelię
we wioskach Prowansji, o młodych, którzy na przestrzeni tylu lat przychodzili,
aby zostać się oblatami. Dzisiaj Eugeniusz, jako święty, nie przestaje być
źródłem inspiracji dla nas, za rękę prowadzi nas do źródła siły, którym jest
miłość boża. Eugeniusz zawsze swym oblatom zwracał uwagę na to, że zanim innym będą
głosić kim jest Jezus Chrystus, wpierw
muszą się z Nim utożsamić. Powołanie oblackie polegało na tym by stać się
oblatem w pełnym znaczeniu tego słowa, tak jak on sam je rozumiał i przeżywał: oblat
jako pojedyncza osoba i Oblaci we wspólnocie.
Świadectwo Męczenników
(Wyrzucili ich z klasztoru) i zgodnie z
poleceniem przełożonych każdy będzie szukał schronienia u rodziny i znajomych,
pozostając w ukryciu aż do października 1936 roku. W tym czasie ojciec Esteban
oraz ojcowie Blanco i José Vega z narażeniem własnego życia potajemnie
odwiedzają scholastyków, zachęcając ich do wierności ich zakonnym
zobowiązaniom. Konkretny przykład, opieram się na ojcu Porfirio, 12
października, w święto Matki Bożej z Pilar, Patronki scholastykatu, niektórzy
ze Sług Bożych zebrali się razem i kilka godzin spędzili na adoracji
Najświętszego Sakramentu, który przechowywali potajemnie, a po zapadnięciu
zmroku przyjęli Komunię Świętą, która będzie ich wiatykiem. (Fortunato Alonso
OMI).
Inne świadectwo: „Zapytałam (mojego brata
Klemensa), jak się czuje, on mi odpowiedział: Znajdujemy się w
niebezpieczeństwie i boimy się, że nas rozdzielą; razem dodajemy sobie odwagi.
W końcu jeśli trzeba umrzeć, jestem gotowy i jestem pewien, że Bóg da nam siłę,
której potrzebujemy aby pozostać wiernymi. (Józefa, siostra ze Zgromadzenia Świętej
Rodziny z Bordeaux)
Chwila ciszy
Modlitwa końcowa (do codziennego odmawiania)
DZIEŃ CZWARTY
MISJA EUGENIUSZA –
UKAZAĆ NAJBARDZIEJ OPUSZCZONYM, KIM SĄ W OCZACH BOGA.
Zgromadzenie
powstało w wyniku niemożliwego do opanowania impulsu, aby chrześcijan pouczyć,
kim jest Jezus Chrystus, aby każdemu człowiekowi ukazać jego własną godność
dziecka Bożego. W taki sposób zorganizowali swą posługę, aby pierwszeństwo dać
najbardziej opuszczonym w społeczeństwie i w Kościele: prowansalskim
wieśniakom, więźniom, młodzieży, która była zdobyczą łatwa do zmanipulowania
przez rewolucjonistów.
Biskup Digne poznając sposób życia, a także działalność
Misjonarzy Prowansji, zwrócił się do nich z prośbą i powierzył im sanktuarium Notre-Dame
du Laus. To maryjne sanktuarium było na wpół zniszczone i opuszczone. Ojciec
Tempier, pierwszy superior tej nowej wspólnoty, zabrał ze sobą młodych oblatów
będących jeszcze w trakcie formacji. Ta żywotna wspólnota stała się centrum
promieniującym na cały region. Przychodzą tłumy, zapełniają opuszczony kościół,
który dzięki obecności oblatów przemienia się w uprzywilejowane centrum, aby
spotkać Jezusa Chrystusa-Zbawiciela. Podczas 22 lat obecności oblatów,
sanktuarium zawsze było pełne pielgrzymów i stało się uprzywilejowanym miejscem
spotkania ze Zbawicielem.
Takie samo zjawisko ma miejsce w 1820 roku podczas misji w
Marsylii. Na zgliszczach kościoła zniszczonego przez rewolucję Eugeniusz stawia
krzyż misyjny, a ten kościół stał się kościołem na Kalwarii. Tysiące wyrzutków
społeczeństwa: robotników, imigrantów, zwłaszcza Włochów przybliżyło się do
źródeł Zbawiciela. Gdy Eugeniusz rozpoczynał to dzieło, było ich 6 tysięcy, w
chwili jego śmierci było ich ponad 30 tysięcy.
Świadectwo Męczenników
Wrogowie wiary będą przejawiać coraz to większą niechęć do oblatów. Ojciec
Pablo Fernández opisał ja w następujący sposób: „W Pozuelo oblaci byli
bardzo szanowani i cenieni przez wiernych. Zapraszano ich, aby uczestniczyli w
spotkaniach, odpustach i innych uroczystościach religijnych. Proszono ich także
o prowadzenie rekolekcji. To powodzenie wśród wiernych wzbudzało antypatię, z
powodu nienawiści do wiary, w grypach ekstremistycznych i anarchistycznych.
Sytuacja ta była spowodowana faktem, iż wspólnota Misjonarzy Oblatów
przyczyniała się do wzrostu życia chrześcijańskiego w okolicach Pozuelo w
Aravaca, Majadahonda i Húmera.
Chwila ciszy
Modlitwa końcowa (do codziennego odmawiania)
DZIEŃ PIĄTY
OBLACJA PRZEŻYWANA W DIECEZJI MARSYLSKIEJ
W 1832 roku Eugeniusz został wyświęcony na biskupa. Ta
nowa misja będzie trwać przez ostatnie 37 lat jego życia. W 1837 roku papież
proponuje mu coś, czego nie chciał – objęcie diecezji marsylskiej. Tak więc
będzie musiał szukać nowego sposobu, aby przeżywać swą oblację w służbie
Kościoła, któremu całkowicie się poświęcił: Dlatego
trzeba będzie, abym przylgnął do tego ludu jak ojciec do swych dzieci. Muszę,
aby moje istnienie, moje życie, cały mój byt zostały jemu poświęcone, abym nie
miał innych myśli jak tylko jego dobro, innych obaw jak tylko tego, że nie
starałem się wystarczająco o jego szczęście i uświęcenie, innej troski jak
tylko tej, która powinna obejmować wszystkie jego duchowe potrzeby i nawet w
pewnym sensie jego potrzeby materialne. Jednym słowem trzeba, abym się spalił
dla niego, abym był gotowy, aby jemu poświęcić me radości, moje upodobania,
wypoczynek a nawet życie.
Rzeczywiście tak robił. W czasie jego biskupiej posługi ludność
Marsylii podwoiła się. Biskup erygował ponad 40 parafii. Znany z bliskości z ludźmi, promieniował mocą mającą
źródło w jego oblacji, codziennie rano przyjmował swój lud w biurze i podczas
wizytacji biskupich. Po południu pierwszeństwo zawsze dawał ubogim i
opuszczonym. Zapoczątkował wiele religijnych i społecznych dzieł, aby
odpowiedzieć na rozmaite i konieczne duchowe i materialne potrzeby swoich
wiernych. Diecezja, która przez lata była pozbawiona pasterza i istniało
ryzyko, że zostanie zniesiona, odrodziła się i rozkwitła.
Świadectwo Męczenników
Wśród męczenników jest trzech braci zakonnych. Świadek,
który przeżył, w następujący sposób o nich mówi: W szczególny sposób pragnę zwrócić uwagę na przykład braci, którzy z
radością pełnili najbardziej pokorne posługi we wspólnocie i byli wsparciem dla
wszystkich. Szczególnie pamiętam braci Bocos, Sánchez i Prado, w ich
codziennych pracach dawali nam radosny i prosty przykład. Swe rozmaite posługi
przeżywali jak wzorcową ofiarę. Żyli cnotą ubóstwa akceptując rzeczywistość
naszego życia, naznaczonego brakiem prawie wszystkich rzeczy materialnych. Żyli
Ewangelią w miłości i wierności pracy, starając się, jak mówi Ewangelia, aby
służyć, a nie by im służono.
Chwila ciszy
Modlitwa końcowa (do codziennego odmawiania)
DZIEŃ SZÓSTY
OBLACJA, KTÓRA STAWIA CZOŁA
MORZU
Święty Eugeniusz, biskup drugiej co do
wielkości diecezji we Francji, pozostał nadal superiorem generalnym Oblatów i z
dala kierował ich misjonarskim zapałem. Wysłał ich do Kanady, Stanów
Zjednoczonych, Irlandii, Algierii, Południowej Afryki i na Cejlon. Swymi
listami i ustawiczną ojcowską troską podtrzymywał ich dynamizm. Kiedy groziła
im pokusa zniechęcenia, ponieważ nie widzieli owoców swojego poświęcenia, tak jak
podczas pierwszej misji w Południowej Afryce pośród plenienia Zulusów, zachęcał
ich, aby się nie wycofywali: Nie
powinieneś się zniechęcać. Nadejdzie dzień, w którym nastąpi pewien rodzaj
eksplozji miłosiernej łaski Boga i wasz Kościół w Afryce zostanie solidnie
utwierdzony. Tak napisał na krótko przed śmiercią do błogosławionego Józefa
Gerard, apostoła Lesoto. Ta eksplozja
łaski sprawiła, iż liczebność członków Zgromadzenia w ostatnich 20 lat życia
Założyciela, wzrosła z 46 do 415. Ta misyjna eksplozja trwa po dziś dzień
dzięki obecności Oblatów w 67 krajach na 5 kontynentach, wliczając w to również
wielu stowarzyszonych wiernych świeckich, którzy do nich dołączyli. Kluczowym
słowem w życiu świętego Eugeniusza jest oblacja, którą przeżył na wzór Jezusa Chrystusa
dla bliźnich. Dla nas wszystkich może on być źródłem inspiracji.
Świadectwo Męczenników
Powołanie syna może poddać
próbie miłości matki: Mamo, Bóg tego che,
nie cierp, ani nie zadawaj mi cierpienia. Bądź hojna i oddaj Bogu to, co do
niego należy, zanim było twoim. W
nowicjacie oddał jej swój krzyż juniora, mówiąc: „Całuj go często, i cokolwiek by się nie stało pamiętaj, że wszystko
to, co cierpimy dla Niego, obojętnie jak uciążliwe mogłoby się wydawać, jest
niczym wobec Jego miłości i Jego cierpienia za nas. Żegnając się z inną
matka, która przyjęła ich do swego domu, powiedział: Nie smuć się, ja wrócę, ale jeśli coś mi się stanie lub jeśli mnie
zabiją, pamiętaj, że będę z Bogiem i będę Ci pomagał. Po jego męczeńskiej
śmierci, matka chce odnaleźć ślady swojego syna w ruinach więzienia. Jego
siostra opowiada: Nagle zaczęła krzyczeć:
Tutaj! Tutaj! Weszliśmy wraz z nią i zobaczyliśmy ścianę pokrytą napisami.
Zobaczyłam, że w jednym rogu były słowa, które wyróżniały się od innych,
ponieważ były zapisane na czerwono, mówiły: «Mamo, zabierają mnie, umieram dla
Boga. Nie płacz, idę do Boga. Niech żyje Chrystus Król!» Podpisano: „Publio.
MODLITWA
O POMNOŻENIE BOŻEJ MIŁOŚCI
Mój Boże, pomnóż moje siły dwa, trzy, sto
razy, abym Cię kochał, nie tylko tak, jak mogę Cię kochać, bo cóż to takiego,
ale abym Cię kochał tak, jak kochali Cię święci, tak jak [strona 9] kochała Cię
Twoja Najświętsza Matka. Mój Boże, to jeszcze nie wystarczy, dlaczego nie
mógłbym Cię kochać tak, jak Ty sam siebie kochasz? To niemożliwe, wiem o tym,
ale pragnienie tego nie jest niemożliwe, ponieważ wyrażam je z całkowitą
szczerością mego serca i całej mej duszy. Tak, mój Boże, chciałbym Cię kochać
tak samo jak Ty sam siebie kochasz (Św. Eugeniusz
de Mazenod, rekolekcje przed święceniami kapłańskimi).
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