sábado, 20 de diciembre de 2014

LAS MANOS VACÍAS



En el Belén napolitano de una iglesia de Roma ponen un sinfín de figurillas. En primera fila, los pastores, ¡claro! Fueron los primeros en enterarse… Van todos cargados de regalos para ofrecérselos al Niño. Bueno, todos, todos no. Hay uno tan pobre tan pobre que no pudo llevarle nada. Al ver a los otros entregar sus dones a la Madre, se avergonzó, miró cabizbajo a María y le mostró sus manos vacías. La Virgen le sonrió y, para poder recibir tantos regalos en sus manos, puso en el Niño Jesús en la manos vacías de pastorcito pobre. ¡Qué regalazo! ¿Te dice algo esta ocurrencia? A mí me hace pensar…

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