lunes, 19 de enero de 2015

La "battuta" del puñetazo




¡Cuánta tinta ha corrido, cuántos comentarios y ataques contra el papa Francisco por la “battuta” (salida, ocurrencia, humorada…) del posible puñetazo, si insultan a tu madre! Hablan de  “la pastoral del puño” y dicen que este papa es “pastueño (n.b. dícese del toro que acude sin recelo al engaño) y cobardón”,  “que trata con guante demasiado sedoso a los verdugos” (los terroristas de París), que es beligerante con el terrorismo islamista y otras lindezas o ataques, furibundos a veces. Intentan incluso dar  lecciones de Biblia y de doctrina cristiana al mismísimo Papa, este Papa que resulta tan incómodo para muchos. También para esos informadores. ¿Por qué no citan el meollo de la respuesta del Papa? Se permiten burlas y provocaciones contra la religión, también la cristina (¿has visto las caricaturas, por ejemplo, de Benedicto XVI, la Virgen María, la Santísima Trinidad?). Toda religión es considerada como una subcultura sin importancia que se la puede, como máximo, tolerar. Non forma parte de la "metafísica post-positiva", de la "cultura iluminista", hija de la "Ilustración". En ese contexto, el valor supremo no es la fe ni la dignidad de la persona humana, sino la libertad de expresión sin límites. Se puede ridiculizar, caricaturizar, provocar… impunemente. Estamos ante la dicatadura del laicismo puro y duro.


LIBETAD DE EXPRESIÓN

Sobre este tema el papa Francisco dijo:
«Las personas no sólo tienen la libertad, el derecho, sino también la obligación de decir lo que piensan para colaborar al bien común. La obligación. Pensemos en un diputado, en un senador: si no dice lo que piensa que es el camino adecuado, no colabora al bien común. Y como ellos, muchos otros. Tenemos la obligación de hablar abiertamente: tener esta libertad, pero sin ofender. Porque es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero, si el Dr. Gasbarri, gran amigo, ofende a mi madre (…) No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás, no se pude ridiculizar la fe. El Papa Benedicto (…) habló de esa mentalidad post-positiva, de la metafísica post-positiva, que al final llevaba a creer que las religiones y las expresiones religiosas son un especie de subcultura, que son toleradas, pero son poca cosa, no forman parte de la cultura iluminista. Y esto es herencia de la Ilustración. Mucha gente habla mal de la religión, se burla, podríamos decir que “juega” con la religión de los otros; son provocaciones, y puede suceder lo que mismo que si el Dr. Gasbarri habla mal de mi madre. Hay un límite. Toda religión tiene dignidad, toda religión que respete la vida humana, la persona humana. Y no puedo ridiculizarla. Ése es el límite. He utilizado este ejemplo de mi madre, para decir que en la libertad de expresión hay límites. No sé si he conseguido responder a la pregunta».

Para leer todo el coloquio espontáneo del Papa con los periodistas durante el vuelo de Sri Lanka a Filipinas, hacer click aquí:

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